Saludos pasados por agua, cinéfil@s.
Transcurren los meses y me empiezo a preguntar si el cielo llora cada vez que escribo. ¿Tan malo soy? ¿A alguien le importa? ¿Acaso estamos aquí para discutir mi sobre mi talento como creador literario
Tal vez carezca de algo, como el protagonista masculino de Te falta chispa (not that funny), un melodrama estadounidense dirigido por Lauralee Farrer que prácticamente supone su debut en el campo del largometraje, aunque ya ha dirigido y guionizado algún corto y algún documental.
La historia arranca cuando Hayley (Brigid Brannagh) regresa a la ciudad de su infancia y se reencuentra con familiares y viejos amigos. Hastiada de la relación con su novio Norm quien es, además, su jefe y una egocéntrica persona interpretada por Nick Thune, ella dice que solo quiere alguien que la haga reír. Su vecino Stefan (Tony Hale, conocido por su papel de Buster Bluth en la serie Arrested Development) toma nota, pero no es un tipo especialmente gracioso, así que se pasará la mayor parte del film intentando, a escondidas, convertirse en el hombre que ella dice que busca.
De la siguiente historia, no sé muy bien que pensar, la verdad. Pero, como me han caído bien los escoceses desde que vi a Sean Connery en la pantalla a muy tierna edad, he decidido apartar a un lado las dudas y hacerle un hueco en mi rincón. Se titula Amanece en Edimburgo, es la adaptación de una exitosa obra de teatro y se la etiqueta como una comedia, un drama, un musical y un romance. Como la vida misma.
Su director, Dexter Fletcher, para el que esta película supone su segundo trabajo tras las cámaras, tiene una dilatada carrera delante de ellas, siendo dos de sus trabajos más relevantes los de las series Hermanos de sangre y Hotel Babylon. El film relata la historia de dos buenos amigos: Davy (George Mackay) y Ally (Kevin Guthrie) quienes vuelven a sus vidas en Edimburgo tras cumplir el servicio en la guerra de Afganistán. Ambos continúan sus relaciones de pareja: Ally con Liz (Freya Mavor) y Davy con Yvonne (Antonia Thomas). Mientras tanto, los padres de Davy, Rab (Peter Mullan) y Jean (Jane Horrocks) están ocupados planeando sus bodas de plata. Todo va bien hasta que una revelación del pasado de Rab amenaza con destruir a la familia y separar a las tres parejas.
Una historia con potencial para ahondar en todos los temas importantes de la vida y con un elenco de actores que a muchos resultarán familiares, ya que entre todos tienen más papeles de los que podría enumerar en esta sección, desde series como Misfits hasta blockbusters como Harry Potter pasando por infinidad de películas y cortos independientes y, por supuesto, el cine callejero y de gángsters británico. Lo dicho: habrá que darle una oportunidad.
Por seguir con el hilo de la comedia, hablemos ahora de La jaula dorada, una cinta francesa que nos trae Rubén Alves, otro neófito de los largometrajes con experiencia actoril. El reparto está encabezado por Rita Blanco, una actriz más bien televisiva que forma parte del elenco de todo tipo de series en la televisión portuguesa (incluída su propia versión de Cuéntame), el inconfundible Joaquim de Almeida (bastante más acostumbrado a papeles de villano como en 24, la saga de A todo gas o multitud de apariciones puntuales en distintas series, pero con una dilatada carrera en el mundo de la interpretación) y Roland Giraud (Quiero ser italiano).
Los protagonistas son María y José Ribeiro (Blanco y Almeida), un matrimonio portugués que emigró hace 30 años a París y lleva desde entonces viviendo en la planta baja de un elegante edificio. Cuando por fin les llega la posibilidad de regresar a su país en buenas condiciones – que, al fin y al cabo, es para lo que habían ido a Francia – a la gente del barrio no le agrada la idea de perder a la portera y al encargado de obra a los que tanto cariño han cogido durante las últimas tres décadas. Nosotros nos preguntamos hasta dónde serán capaces de llegar sus vecinos para retenerlos y puede que nuestro matrimonio de inmigrantes se acabe preguntando si de verdad quieren volver a su país natal o si ya tienen otro hogar.
Para terminar, se acabó el buen rollo. ¿O qué os pensabais?
En Mi otro yo, Isabel Coixet (Mapa de los sonidos de Tokyo, Mi vida sin mí) adapta la novela homónima de Cathy MacPhail en un thiller psicológico sobre una hermosa adolescente, Fay (encarnada por la estrella de Juego de Tronos Sophie Turner) cuya vida aparentemente perfecta se ve amenazada por una «doble» que pretende robarle no sólo la identidad sino la vida misma.
Sin indagar más en la historia, comentaré que Turner se rodea de un cásting formado por Jonathan Rhys Meyers (Match point, Los Tudor), Rhys Ifans (Las vidas posibles de Mr. Nobody, Elementary), Claire Forlani (Green Street Hooligans), Geraldine Chaplin (Hable con ella, Chaplin), Leonor Watling (Salvador: Puig Antich, Los crímenes de Oxford) y los jóvenes Gregg Sulkin e Ivana Baquero, a la que tal vez conozcáis por su papel protagonista en El laberinto del fauno.
Solo añadiré que aún no he visto una película de Isabel Coixet que me haya decepcionado y que tengo muchas ganas de ver cómo se desenvuelve en este terreno.
Disfrutad de ellas y no os extrañéis si alguna no se estrena hasta uno o dos meses después. Ya he comprobado que las fechas de estreno de películas con tan poca distribución son bastante flexibles.
Escrito por Alexandre Daniel Iglesias Lombardía, músico y cinéfilo.