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La Serie: Bodyguard

Como el lector sabrá, Netflix es uno de los mayores proveedores de contenido en nuestra actualidad. Es un portal de consumo masivo de cine y series donde a menudo nos puede costar separar la paja del trigo. Esta sección nace para realizar esa distinción, ya que, ni todo lo que nos ofrece la plataforma es oro molido, ni caca de la vaca.

Hoy hablaremos de Bodyguard, una producción británica que recientemente ha aparecido en la pestaña de estrenos de Netflix para nuestro disfrute. La serie fue estrenada en la BBC One el 26 de agosto de este mismo año, antes de que nuestra amada plataforma obtuviese los derechos de distribución fuera del Reino Unido e Irlanda. Nada de esto sería relevante sino fuera porque al ser emitida por la BBC la serie gozó de una extraordinaria acogida entre el público británico. No son tontos los de Netflix ni nada.

Lo primero que nos llama la atención de este drama británico es que consta sólo de seis epsiodios que, creedme si os digo, no se quedan cortos a la hora de desarrollar una historia completa con multitud de giros y buenos detalles. La trama se desarrolla alrededor de la vida de David Buzz (Richard Madden), un soldado retirado cuyos traumas del pasado sacuden una vida familiar que se le escapa entre los dedos mientras continúa su vida como oficial de protección especializado. No es sino el heroísmo del propio Buzz lo que conduce a nuestro protagonista a  proteger a la ministra Julia Montague (Keeley Hawes), la clase de política que él siempre ha despreciado. Audaz y ambiciosa, la ministra Montague trastorna el panorama político con reformas que inquietan lo necesario como para ponerla en el punto de mira en un clima ya de por sí crispado por la amenaza terrorista.

Con Julia Montague a su cargo, Buzz se ve obligado a proteger a uno de los gobernantes que le condujeron a tomar parte en una guerra sin sentido cuyos costes aún arrastra hasta el presente. A medida que se suceden los acontecimientos, las fricciónes iniciales entre ambos se reducen hasta casi diluirse y se gesta un respeto mutuo que da paso a una relación mucho más estrecha. Esta inusual relación se convierte en el foco de la serie, siendo su mayor atractivo y dando pie a uno de sus giros más inesperados.

Como espectador, y sin haber investigado nada sobre ella antes de verla, anticipaba una serie de acción de lo más ramplona o un drama que no satisfaría mi lado más palomitero. Pero no, Bodyguard es una serie provista de un gran ritmo narrativo que te mantiene pegado sin rechistar los cuatro primeros episodios. En el quinto tuve la sensación de que se estancaba, pero sólo se ralentiza para incubar un trepidante y rendondo final absolutamente sorprendente hasta el último momento.

¡Qué la disfrutéis!

 

Alfonso Rois


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