Este mes traemos como invitados a dos entusiastas del séptimo arte, Carlota Dans y Dídac Dalmases, ámbos administradores de un blog de críticia cinematográfica, tanto de grandes clásicos como de las últimas novedades del cine independiente.
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“Los ilusos” (2013), Jonás Trueba
“Los ilusos” es una película que se va construyendo sobre sí misma. Tanto el espectador como el director se dejan llevar por las imágenes que, sin contar con un guión cerrado, van buscando su propia historia en las sucesivas escenas.
Dedicada a su padre, el también cineasta Fernando Trueba, esta película reflexiona sobre la vocación y la pasión de aquéllos que quieren hacer cine. Y para ello, Jonás se sirve de la experimentación formal que, con el uso de abundantes elementos metadiscursivos, nos recuerda al cine de la Nouvelle Vague. Las referencias a Jean Luc Godard habitan la película, mostrándose claquetas, repeticiones de escenas y pértigas, y aportando unidad estética al relato. Si bien este tipo de experimentación no resulta novedosa en absoluto, sí que dota a la historia de una cierta atmósfera, situándonos en el terreno de los amantes del séptimo arte.
El segundo trabajo de Jonás Trueba representa un cambio abismal con respecto a su anterior film “Todas las canciones hablan de mí”, que se quedaba a medio camino entre el cine comercial y un intento fallido de cine independiente. El mismo autor comentaba, al terminar la proyección, cómo se había sentido muy incómodo en su primera película al tener que rendir cuentas a un productor. En esta última película, sin embargo, las escenas fluyen de forma natural, notándose en cada corte esa libertad de creación tan ansiada por el autor.
Una narración con huecos, aunque no tantos como pueda parecer al principio. Pues, a medida que se acerca el final de la película, las escenas van cobrando sentido en su conjunto. Aunque, como afirma Jonás Trueba, la película también podría ser vista sencillamente como una especie de “documental antropológico sobre unas personas que viven en Madrid y pasan su tiempo hablando, follando o viendo películas”.
La película termina con una última escena que refleja el ambiente de trabajo durante el rodaje. Un grupo de amigos, ya en edad madura (vemos a sus hijos pequeños), que disfrutan rodando y dedican sus días libres a buscar una historia, revisitando la pasión juvenil por el cine, que a veces es olvidada a causa de la rutina. Esa pasión de aquéllos que desean hacer cine. Aquéllos ilusos que dan título a la película.
Carlota Dans.