Navegando por internet, leyendo algo aquí y algo allá a veces acabo con la sensación de que o bien vivimos en un país de tontos o de vagos. O lo uno o lo otro.
Esta impresión empieza y termina con el viejo cuento de que todo el mundo parece saber qué es lo que enderezaría la economía, arreglaría el país o haría que los jóvenes fueramos menos respondones, pero nadie lo hace. Todo el mundo parece saberlo, pero nadie consigue dar forma a tan vasto caudal de conocimiento. Lo que nos deja entre dos supuestos: o estamos esquivocados y nos creemos más listos de lo que somos, o lo nuestro es saber qué hacer pero no hacerlo.
Conste que, escribir, tanto como opinar, es muy dado a este segundo supuesto. Tampoco penséis que venía yo aquí a revolucionar la marca España, que esto es sólo un editorial.
Atentamente, Alfonso. El editor.