Saludos alérgicos y congestionados, cinéfil@s.
Esta vez voy a ir al grano sin entretenerme mucho, porque el mes viene cargadito de estrenos independientes aunque, conociendo a las distribuidoras, la mitad se acabarán estrenando entre uno y tres meses más tarde de lo previsto.
Abrimos con una cinta belga de Jan Verheyen que, en contra de lo que pueda parecer por el argumento, va más en la línea del drama que del thriller.
Se titula El veredicto y encabeza su reparto Koen De Bouw (La memoria del asesino) dando vida a Luc Segers, director de una gran empresa con un futuro próspero por delante y una mujer y una hija maravillosas. Una aciaga noche, Luc perderá todo lo que daba sentido a esa vida y, cuando el asesino de su esposa queda libre debido a un error procedimental, se embarcará en una lucha personal que hará tambalear al Estado de Derecho.
Vamos a continuar con una película de animación digital, formato del cual he de admitir que no soy un gran fan, que me ha llamado la atención tanto por el planteamiento como por las críticas que la preceden – aunque éstas últimas hay que considerarlas siempre con cuidado, cuando no ignorarlas, en mi opinión.
De producción franco-belga, en España se estrenará como La mecánica del corazón. Citaría el elenco de voces original, pero aquí harán lo que les de la gana con el doblaje. El film cuenta las vicisitudes de Jack, un niño que nació en un día tan frío que su corazón se congeló y tuvieron que reemplazarlo por un reloj de cuco. Sobrevivirá siempre y cuando no toque las manillas y evite las emociones fuertes, especialmente el amor. Un día, Jack conoce una pequeña cantante de grandes ojos, Miss Acacia, una joven andaluza que pondrá a prueba su corazón, haciendo que se lance a una aventura quijotesca que le llevará desde Edimburgo a París y a las calles de Granada, durante la que conocerá las dulzuras y durezas de aquello que le fue prohibido.
Volviendo a intérpretes de carne y hueso, la cinta hispano-argentina Relatos salvajes, del guionista y director Damián Szifron (El fondo del mar, Tiempo de valientes) se presenta como una historia que combina los elementos de comedia, drama y thriller presentes en la vida real de la gente para mostrarnos como, empujados por un engaño amoroso, el retorno del pasado, una tragedia o la violencia contenida en un detalle cotidiano, los protagonistas acaban por arrojarse al abismo, al innegable placer de perder el control.
El reparto, que no es moco de pavo, incluye a conocidos actores argentinos como Ricardo Darín, Darío Grandinetti o Leonardo Sbaraglia.
Ahora toca una de guerra que no es americana. Es británica, se titula 71 y la firma el realizador Yann Demange, creador de la mini-serie Dead set.
Jack O’Connell (This is England) interpreta a Gary Hook, un joven y desorientado soldado británico que es abandonado accidentalmente por su unidad tras una revuelta en las letales calles de Belfast en 1971. Acompañan a O’Connell Sam Reid (Belle, Un largo viaje), Paul Anderson (Peaky blinders) y Sean Harris (Prometheus, Harry Brown).
Sin que decaiga la tensión, presentamos Coherence, un thriller de ciencia ficción con una buena dosis de carga dramática en la exploración de las relaciones humanas y con las caras conocidas de Maury Sterling (Homeland o Extant) y Nicholas Brendon (Mentes criminales, Buffy cazavampiros).
La historia se sitúa en Finlandia, donde un grupo de ocho amigos se reúne para cenar y tomar algo mientras ven pasar un cometa. Recuerdan como en 1923, con el anterior paso del mismo cuerpo celeste, se sucedieron una serie de acontecimientos y comportamientos extraños en el mismo lugar en que se hallan, pero no se esperan las pruebas a las que los someterán los acontecimientos que ellos mismos están a punto de experimentar.
Hablando de tensiones más cercanas a nuestra realidad social, en Dos días, una noche, Marion Cotillard (Origen, Contagio, Enemigos públicos) encarna a Sandra, una joven madre belga que descubre que sus compañeros de trabajo han aceptado un significativo bonus salarial por que la despidan. Tendrá un fin de semana para convencerlos de que renuncien a ese dinero para que ella pueda conservar su empleo.
Dirigen y guionizan los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne (El hijo, Rosetta), auténticos expertos en este tipo de dramas.
Volviendo a teñir la seriedad de la vida con un toque de comedia, Uberto Pasolini (Machan) nos trae a Eddie Marsan (Gangs of New York, Filth, Ray Donovan) en la piel de John May, un empleado del ayuntamiento cuya tarea es encontrar a los familiares de aquellos que han muerto solos. Obsesivamente meticuloso e implicado hasta extremos que van más allá de su deber, John se libera de las rutinas que lo gobiernan al recibir la noticia de su despido debido a los recortes presupuestarios. La resolución de su último caso resultará ser un viaje que le podría permitir empezar a vivir su vida de verdad.
Con Nunca es demasiado tarde volvemos a teñir la seriedad de la vida con un toque de comedia, Uberto Pasolini (Machan) nos trae a Eddie Marsan (Gangs of New York, Filth, Ray Donovan) en la piel de John May, un empleado del ayuntamiento cuya tarea es encontrar a los familiares de aquellos que han muerto solos. Obsesivamente meticuloso e implicado hasta extremos que van más allá de su deber, John se libera de las rutinas que lo gobiernan al recibir la noticia de su despido debido a los recortes presupuestarios. La resolución de su último caso resultará ser un viaje que le podría permitir empezar a vivir su vida de verdad.
Y vamos a terminar esta entrega como la última: con una peli española. Vasca, para más señas, con los realizadores de cortos y documentales Jon Garaño y Jose Mari Goenaga tras las cámaras.
Se titula Loreak (Flores) y cuenta como las vidas de Ane, Lourdes y Tere cambian cuando empiezan a recibir, semanalmente, siempre a la misma hora y de manera anónima, sendos ramos de flores en sus casas. Al parecer, un desconocido las deja en memoria de alguien que fue importante en su vida. Estas flores despertarán sentimientos que parecían olvidados.
Bueno, hasta aquí lo que se daba este mes. Se me han quedado un par de ellas en el tintero pero, por evidentes motivos de espacio, había que escoger. Así ahorro algo para cuando vengan las vacas flacas.
¡Hasta la vista, baby!
Escrito por Alexandre Daniel Iglesias Lombardía, músico y cinéfilo.