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Columnistas: El trabajo dignifica

Debo admitir que es cierto. En mi experiencia personal, me pasé 2 años buscando trabajo de lo mío y yendo a entrevistas realmente tensas, donde si buscaban a un abogado querían al robot judicial óptimo, mientras que si buscaban algo que podía hacer un abogado y le venía bien a la empresa (administradores de fincas, o gestorías raras) era evidente que se preguntaban cuanto podrían sacar de ti a cambio de la mierda que ofrecían (true story: Por tener el título B1 en inglés me dijeron que podría también dar clases de inglés! En una entrevista de “Se busca licenciado en Derecho”)

Hoy soy autónomo. Trabajo como un cabrón y cada día es un round tras otro contra un mundo enorme y si decides molestarlo, que es lo que exige mi trabajo, hostil. Pero me dignifica. Ya no tengo la sensación de tirar los días, tengo una cierta independencia económica y voy añadiendo nuevos conocimientos a los que tenía cuando acabé la carrera.

Sin embargo, no todo el trabajo dignifica. Muchas veces es ingrato, es hostil, es desagradable o es injusto. No dignifica que hagas 40 horas semanales cuando tu contrato parcial dice que te corresponde hacer 16 (aunque estés cobrando un plus en b). No dignifica que tu lista de tareas crezca con órdenes surrealistas venidas de la última ida de pinza de tu jefe. No dignifica que tengas que hacer horas gratis, o la regla no escrita de no pirarse antes que tu jefe, cuando puede que él haya llegado a las 10 y tú estés ahí desde las 8. No dignifica que tengas que pedir permiso para ir al baño, o que te acostumbres a tardar 8 horas en hacer una tarea de 5 porque da igual que la tengas acabada, que no te vas a ir antes.

Entendiendo que los lectores de MagazineCrew sois jóvenes o como mucho tendréis mi edad, va siendo hora de que sepáis lo que supone trabajar. Muchos habéis leído cuñadeos del estilo de “da gracias que tienes trabajo”, o “es injusto pagar una indemnización por despido cuando deberían darte las gracias por haberles ofrecido trabajo”.

Bien… Han sido pocas palabrotas esta vez, ¿no? Pues hasta aquí.

  1. Da gracias a que tienes trabajo.

Come mierda y muere, hijo de puta. ¿Qué crees? ¿Qué el trabajo es oxígeno? No quiero trabajo, quiero dinero. Si quisiese trabajo, podría hacerlo sin cobrar, pero el trabajo es la forma socialmente aceptada de obtener dinero.
El contrato de trabajo es bilateral. Esto significa que ambos tienen obligaciones y derechos. Tú, trabajador, entregas al empresario tu tiempo, conocimiento y fuerza de trabajo a cambio de dinero y cotización a la seguridad social. Hay dos personas contratantes con sus respectivas obligaciones. No hay favores ni regalos. Es igual que una compraventa: Dinero a cambio de bienes. Esto significa que las horas extra a cambio de nada suponen un pago a mayores por tu parte sin contraprestación contraria. Pregúntate esto: ¿Tu empleador te daría un mes 100€ más por que si? Entonces, ¿por qué le regalas 20 horas?

Las horas extras tienen un máximo legal anual de 80, eso significa que si haces 90 y demandas para que te las paguen, el juez no te puede dar más de 80. ¿Cuantos de vosotros habéis superado esa cifra?

  1. Si tú no lo quieres, hay mil haciendo cola

Desde luego, pedazo de mierda: La base de la economía es la escasez. Y desde luego, como necesitamos dinero, hay que ganarlo de algún lado, a poder ser, legal. Si puedes permitírtelo, manda a ese mierdas feudal a tomar por culo. Si no, acepta el trabajo y sigue echando currículums. Tendrás pasta, tendrás liquidez, tendrás una cierta independencia económica y experiencia, y llegado el momento dirás “Oye, toma este papel. Es mi baja voluntaria. Yo en 15 días me piro a un trabajo donde me traten como una persona y tú si quieres, pilla al siguiente de la fila que esperan”.

Esto, para los cabrones feudales, es una putada. Habrá clientes que prefieran tratar contigo y si no estás en la empresa igual cambian a la tuya. Tendrá el coste de formar a tu sustituto, tendrá un cabreo de la hostia… Que se joda.

Y si te dice que “aún encima que te hice el favor de contratarte” vuelve a leer el punto 1.

  1. En hacienda son unos ladrones. Yo te doy esta pasta y tal…

Grasias, inmundo defraudador! No hay contrato, no consta, no tendrás paro y si resulta que estás cobrando el paro y a la vez trabajando en B, que sepas que los inspectores de trabajo tienen órdenes expresas de darte caza (dejando que se libren los que te contratan por 16 horas y te ponen a hacer 40). Puede que Montoro te caiga mal (lo raro sería lo contrario), pero créeme: Llegará el momento de tu vida en el que pienses “¿Cuanto tengo cotizado? ¿De qué voy a vivir? ¿Cuanto paro me corresponde?” y las respuestas sean turbias.

Este cabrón te debe pasta. O realmente estás cobrando una atrocidad para el trabajo que haces, o te debe pasta. Echa un vistazo a tu convenio, haz números y piensa también en cuanto tendría que cotizar para que tú tengas algún derecho el día de mañana. Cuando tengas eso claro, denuncia a la inspección de trabajo y pon una demanda para que regularice tu situación.

  1. Es que la cosa está mu maaaaala….

La cosa está mu mala, pero yo tengo una carga de trabajo brutal, ¿no? Entonces ¿DONDE HOSTIAS ESTÁ TODA LA PUTA PASTA QUE YO ESTOY PRODUCIENDO PARA TÍ? Pregúntate si tu jefe es ludópata o algo, en serio. Intenta saber como está la empresa y cual es la situación. Si haces una burrada de horas y te deben pasta, quizás sea el momento de buscar pastos más verdes.

  1. PAso DE FOllones

¡¡Padefo!! ¡Tú lo que eres es un puto padefo de mierda! La subespecie pusilánime y miserable de trabajador que no sirve más que para lamer la bota que lo pisotea. ¡Vete a manifestaciones! ¡Testifica a favor de tus compañeros! ¡Oponte! O si no, cuando te quieras dar cuenta tendrás regusto a lefa en la parte trasera de tu garganta, porque te la habrán metido tan hondo que te habrá enderezado la columna vertebral, una carta de despido y una indemnización que se cuenta en céntimos.

Un consejo: Llegado el momento no dudéis en denunciar. Las inspecciones de trabajo requieren que te identifiques como denunciante, pero el empresario no puede saber quien ha sido. Las cantidades de salarios que te puedan deber prescriben en un año, así que o actúas o comes mierda, y ¡los despidos prescriben en 20 días hábiles!
Esta entrada viene motivada por una noticia: El BBVA dice que con una rebaja del 7% en los salarios el empleo crecería. Sin embargo hace años se hizo el cálculo sobre salarios y coste de la vida. Mientras que el coste de la vida ha subido, los salarios se mantienen al nivel de 1998. ¿Cuantos habíais nacido por aquel entonces? Recuerda: Trabajas por que quieres dinero. Quieres dinero porque necesitas comprar cosas. Si te putean, vete a otro. Tus compañeros al ver lo que has hecho empezarán a pensar lo mismo, y el pequeño cabrón feudal perderá su reino.
¡Pelea, joder! ¡Pelea!

Semper fi.

Ukio

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