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El derecho a la defensa

Bienvenidos a un nuevo experimento periodístico-social-contracultural-folletinero-espialidoso. Si ya me conocíais de Magazine Crew, vuelvo para seguir dando la tabarra jurídica con tono de cuñao de bar furioso, pero con la certeza y el alivio de que al menos me he informado antes de rajar como un campeón hispánicus de la opinión.

Bienvenidos a UndergroundLab Magazine.

No. No hacemos experimentos con animales… Los descartes de Mujeres, Hombres y Viceversa salen más baratos.

La moviola jurídica del momento es, con pocas dudas, el juicio de La Manada (Bueno, también están la Gürtel, la púnica, las consultas al Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre las cláusulas abusivas hipotecarias y un sinfín de ellos más).

Pero el que más ketchup tiene es La Manada, y vamos a hablar de ello…

¡Pero no! No voy a hablar de los pormenores del caso ni de cuantos años les van a caer al Prenda y sus colegas. Esos ya los tenéis más que sabidos. He visto muchas voces indignadas en redes sociales estos días en referencia a las jugarretas del abogado de la defensa, con su detective (prueba que, como ya se sabe, la propia defensa retiró) o los whatsapp inadmitidos (los cuales vulnerarían derechos fundamentales de las 16 personas que estaban junto a los protas de la peli en el grupo de whatsapp, y con ello me refiero al secreto de comunicaciones… – PERO PROBARÍA LA PREMEDITACIÓN!!! – Si, gracias por el toque, señora de la segunda fila con la antorcha verde, pero la premeditación NO es un agravante. Ni siquiera es un componente del delito, como si lo sería el dolo, es decir: La intención de delinquir. – ¿PERO COMO SE VA A COMETER UN DELITO SIN INTENCIÓN? ¿¡SIN QUERER!? – No, señor de la horca de granjero… Por negligencia, por ejemplo, como un atropello de circulación. )

Resuelto este pequeño paréntesis, hablaré del derecho de defensa. Ahí arriba tenemos el meme de como un señor que hizo turismo estilo Celtas Cortos en la Ex Yugoslavia se toma el carajillo para celebrar su condena. En 2017. Después de un juicio de la rehostia. ¿Que vemos ahí? Primero, que la justicia no olvida. Segundo, que aún las mayores alimañas tienen derecho a exponer sus argumentos de defensa, y a tener un procedimiento con todas las garantías. Y eso incluye a un grupo de cinco mastuerzos acusados de abusando de superioridad numérica y fuerza física haber sometido y agredido sexualmente a una chica de 18 años.

Y ahí, su abogado, no se deja un cartucho sin quemar. Incluyendo al detective, sobre el que trataré al final. Su misión es defender a sus clientes, y en una violación tienes dos formas: 1 No pasó, o 2 Si pasó pero fue consentido. De ahí los argumentos acerca de la no oposición y el consentimiento (sobre el cual hubo jurisprudencia en su día, con otros jueces y otra mentalidad. Ahora se entiende que la no oposición puede ser tanto una reacción mental como un mecanismo de defensa para evitar un daño mayor). Es un profesional que hace su trabajo, al igual que los leñadores que talan el Amazonas o los trabajadores de los mataderos, pero también igual que los médicos, profesores y bomberos. Es un profesional esencial, ya que sin su participación, no podríamos decir que La Manada ha tenido un juicio justo. No podríamos decir que tuvieron el derecho de argumentar en su defensa, presentar pruebas y exponer razones que defendiesen su inocencia, contra una acusación que, pese a tener la carga de prueba, tendría el camino allanado, si solo fuese la única voz presente.

Es lo que hace que seamos un estado democrático (en la medida de lo posible), la posibilidad de defenderte de igual a igual, de que te consideren inocente hasta que haya pruebas suficientes para romper esa presunción, y de que no ser condenado solo por ser pobre, ser gente de malas costumbres, tener mala fama o ser feo.

¿El detective? Vamos a otra parte poco emocional del sistema legal español: Al final muchas cosas son cuestión de pasta, incluyendo la propia vida. Cada año el estado saca una ley baremando las indemnizaciones correspondientes a los daños sufridos por una víctima, sea de accidente, agresión o cualquier otra causa. Incluyendo la vida. Incluyendo la vida de un bebé nonato de nueve meses y medio. Todo se cuantifica en pasta. Accidente de coche, tres muertos, un paralítico y otro con seis huesos rotos y secuelas de movilidad. X00000 euros. Punto.

¿Suena cruel? Es frio, pero deja una cosa clara: Todos somos iguales ante la ley. Es justo.

La función del detective es no tanto buscar la inocencia, si no demostrar la falta de unas secuelas emocionales visibles, a fin de reducir la indemnización correspondiente. No solo es legal, es que así es como se juega a esto.

Otro cantar son los artículos periodísticos acerca de “Pos para haberla metido en un gangbang involuntario, se la veía feliz”. ¡Pues claro, joder! ¿Qué nos esperábamos? ¿Iba a normalizar su vida yéndose al desierto de Gobi a montar una granja de escorpiones? No. Iba a recuperar la normalidad, establecer una zona segura, con su familia, sus amigas de confianza…

¿Son maniobras sucias? ¡Quitamos el derecho de defensa! ¡Venga! ¡Hagamos el experimento! Pero claro… Es un derecho fundamental, no podemos ir dándoselo o quitándoselo a la gente según nos caiga bien o mal… Eso nos convertiría en una jodida dictadura. Fuera. Para todos.

Ahora busca a la chica a la que pusieron una multa por llevar un bolso con las siglas A.C.A.B. por encima del mensaje All Cats Are Beautiful, multa que fue retirada reconociendo la validez de las alegaciones presentadas contra ella, y le decimos que se come la multa y se calla

– Joder, Ukio, no compares…

¡Chsst! ¡Que no hay derecho de defensa he dicho! ¡Para nadie! ¡Para nada! Decidle al tío este imputado por la muerte de su hija de 4 años, al que le jodieron la vida sacándolo en portada con el titular “Esta es la cara del asesino de una niña de 4 años” para luego ser declarado inocente ya que la niña, su hija, murió por un coágulo causado en el cerebro por un golpe cuando jugaba en los columpios, que se vuelve pal trullo.

Decídselo a la policía cuando os caiga una multa por la ley mordaza. No. A callar. No hay derecho de defensa.

Decídselo a Juana Rivas, que se va pal trullo de cabeza por sustracción de menores.

Que… No mola, ¿eh? No mola nada.

Esto es el derecho de defensa. Es un derecho fundamental. Es SAGRADO. Es más sagrado que las copias originales del Electric Ladyland. Y no se debe tomar a la ligera.

Os da rabia, y lo entiendo. Muchos habréis pensado que había que meterlos en un calabozo y fostiarlos hasta que cantasen… Claro. Si. Os meten a vosotros y os fostian durante dos días y os confesáis culpables de la violación, la muerte de chanquete y el saqueo de Cartago.

Sed demócratas. Pensadlo, mientras esperamos la sentencia.
Espero que si son culpables, sea dura.

Semper fi
Ukio

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