Si bien en nuestros últimos artículos sobre el metal dimos un repaso a las bandas y artistas que han despegado en esta última década, como Plini, Frutería Toñi, o Diego Sanjorge, no podemos olvidarnos de todos aquellos que empezaron a abrir paso décadas atrás y aún hoy siguen al pie del cañón. Por ello, en el artículo de hoy veremos el último disco de los británicos Saxon, que han sacado en febrero un nuevo álbum cargado de potencia.
Saxon, que llevan dando caña en los escenarios desde el año 1976, son una de las grandes bandas de heavy metal a nivel mundial, y que a su vez son reconocidas influencias para bandas creadas posteriormente. Este 2018 nos deleitan con su último trabajo, Thunderbolt, con el que vuelven con su sonido característico y en el que hacen un homenaje a una de las grandes figuras del New Wave of British Heavy Metal, Lemmy Kilmister, líder de Motörhead, fallecido a finales de 2015.
El álbum abre con Olympic Rising, una intro de minuto y medio, muy suave, que con un corte de batería, nos mete de lleno en el asunto con su segundo tema, Thunderbolt, poderoso, sin perder su toque clásico, en la que la voz nos pone de punta desde la primera estrofa. El solo de guitarras, divididas en dos breves pero intensas partes, conforma un bloque bien introducido que retoma la estrofa, y estribillo, antes de finalizar con un nuevo dúo de guitarras.
The Secret of Flight es un tema que comienza con un riff altamente pesado, en que la batería y guitarras se coordinan rítmicamente, dando golpes contundentes antes de pasar al riff introductorio. Tras ello, pasamos a la estrofa, en la que las voces, que entran armonizadas, muestran todo su esplendor. Al llegar el estribillo, la guitarra toca por detrás una frase continua, que acompaña a la melodía vocal. El solo de guitarra es más largo, y conforme avanza muestra más y más velocidad en las notas, antes de volver a la estrofa principal.
En Nosferatu (The Vampire’s Waltz) nos encontramos un tema más lento y en el que el teclado, con un sonido de órgano introduce un tema más lento, y volverá a hacerse presente en el estribillo y en el solo, el cual termina suavemente.
They Played Rock and Roll es el tema que antes mencionábamos que hace homenaje a Lemmy Kilmister y Motörhead. En él introducen la voz de Lemmy en una de sus actuaciones en directo, con su presentación de “We are Motörhead, and we play rock and roll”. Es un tema que nos transporta a aquel estilo rápido y salvaje.
Predator, entra con un riff que ya se nota pesado, entra con una voz duplicada, limpia y gutural, esta última a cargo de Johan Hegg, de Amon Amarth. Mantiene un ritmo constante, salvo en el principio del solo, que da aún más pesadez con un medio tiempo, para retomar el ritmo normal y acabar como empezó.
Sons of Odin es un tema lento, cuya sonoridad y ritmo al principio puede recordar a temas como Holy Diver de Dio. El ritmo cabalgado es lo que más destaca del tema, siendo el elemento que más destaca sobre todo el bajo. Es además, el tema de mayor duración del disco con casi cinco minutos y medio.
Sniper retoma los ritmos rápidos clásicos, con uno de esos estribillos de los que aún desde la primera escucha, es fácil quedarse coreando “sniper”. Sobre todo diría que el punto fuerte de este tema es el solo de guitarra, ameno de principio a fin.
En A Wizard’s Tale encontramos que comienza una guitarra melódica, que da paso a un ritmo marcadamente atresillado, en el que la guitarra acompaña a la voz melódicamente, y que mantiene ese toque heavy hasta su final abrupto.
Engancha con Speed Merchants, introducido por sonido de motores, dando paso a un tema rápido y agresivo, de toque hard rockero, de principio a fin, incluso en su solo. El tema lo cierran de la misma manera con el sonido de motor y goma quemada con el que empieza.
El álbum en sí finaliza con Roadie’s Song, un tema que comienza con un solo de guitarra, que da paso a la voz. Con riffs del heavy más clásico, se continúa el tema, que es un buen cierre del disco.
Evidentemente, es un disco altamente recomendado para aquellas personas que les guste Saxon y toda la música de este estilo. Es un sonido de heavy clásico, en el que no cabe esperar innovaciones ni vueltas de tuerca al estilo de la banda. Se viene a lo que se viene, y es bueno. Muy bueno. Es una banda, que más que decir que envejece bien, es de las que no envejecen.
Para los nuevos oyentes en este género, este disco puede ser una buena forma de introducirse de lleno, pues cada tema tiene todos los elementos, así como una producción y un sonido general que lo distinguen. Dadle una oportunidad, que aseguro que al menos será una buena experiencia.
Aquí un enlace al tema Thunderbolt:
Jorge González Gómez