He vuelto, personas, personos, persones, y engendros venidos de las más profundas simas del malebolge, hijos del tártaro y del juzgado de guardia los lunes a primera hora.
Hoy toca hablar de una de las preguntas más temibles que nos hacéis a los abogados: “Y… ¿Cuánto va a tardar esto?”
Si sois el que reclama un derecho, normalmente os ponéis pálidos y tembláis. “¿Aún encima que me hacen X putada, tengo que esperar dos años?!!” sin embargo, si habéis dejado de lado eso de ser ciudadanos modélicos se os ve la cara de “bueno, aún me queda un tiempo antes de que me caiga ningún marrón”.
Se dice que las cosas de palacio van despacio, y realmente es cierto, ya que aquí lo que tenemos es una cuestión de garantizar derechos. Sííí, esa pijadita de la que muchos se olvidan cuando piden lapidaciones públicas por el último escándalo del que les dicen que se tienen que cabrear muy fuerte. Resulta que somos ciudadanos de un estado de derecho, y eso nos da también obligaciones, a nosotros y a los que tienen que velar por esos derechos y revisar su cumplimiento.
Así que hoy, estudiantes de derecho, curiosos, ciudadanos de a pie y gente que aspira a no ser un opinólogo de bar, cagasentencias de la universidad de la vida…
EL PROCESO JUDICIAL CIVIL
(Ruido de truenos lejanos, risa maligna, una señora se desmaya en la cuarta fila)
Empecemos por lo más básico: qué es una querella, qué es una denuncia y qué es una demanda. Es algo que la prensa, después de unos 39 años de Constitución, no sabe distinguir bien. Para empezar, la demanda es civil, laboral o contencioso-administrativa, y las otras dos son penales.
Ejemplo de demanda: Fulanito me debe 3000€ porque me vendió un coche que no funcionaba.
Se reclama un derecho y punto. No se pide condena. Se puede reclamar pasta a tu empleador, que tu despido sea nulo, que la Xunta te debe pasta porque no paga la subvención y un enorme ad caetera.
¿Qué pasa aquí? Vayamos con nuestros dos amigos clásicos del derecho romano: Ticio y Cayo, los cuales han protagonizado casi todos los casos prácticos de Romano desde que juristas clásicos como Ulpiano, Papiniano, Modestino o Gayo usaban pañales.
Ticio contrata a Cayo para que le haga un muro de piedra en su villa de la zona de Ostia, pero cuando toca pagar, nuestro amigo Ticio, que le gustan más los lupanares, las partidas de Alea y el rollete de Baco que a un stultus un stilus, no tiene el dinero acordado.
Cayo mandaría un burofax reclamando la cantidad (y cagándose en las muelas de Ticio, ya que vale 30€), para que conste que se intentó una solución extrajudicial. Si Ticio sigue sin pagar (los proxenetas son más directos reclamando lo suyo), llega
¡¡¡LA DEMANDA!!!!
Que viene a ser un escrito en el cual Cayo indica quién va a ser su abogado, su procurador (si los hay, sólo son obligatorios a partir de reclamaciones de 2000€) y lo siguiente:
–A qué juzgado se dirige (normalmente el del domicilio del demandado).
–Quién es (¡Cayo! ¡Hijo de Arathorn! ¡Heredero de Isildur).
–Contra quién va (Ticio).
–Por qué hechos reclama (porque tiene un contrato por el que tenía que construir un muro, lo construyó, pero no se le pagó la obra).
–En base a qué fundamentos de derecho (unos cuantos artículos del código civil acerca de la vinculación y el obligado cumplimiento de los contratos).
–Las pruebas que aporta para acreditar su derecho (tienes que aportar todas las pruebas con la demanda; aquí no hay testigos sorpresa).
–Y por último, QUÉ PIDE (Ticio, paga el muro, primer aviso).
Y aquí la cosa se divide: si Cayo pide menos de 6000 €, estamos ante un
JUICIO VERBAL
Admitida la demanda de juicio verbal, el juzgado pone fecha para celebrar una vista y los cita a ambos para que estén X día en el juzgado junto con todas las pruebas que necesiten.
Esto se da en un plazo de entre 4 y 8 meses, dependiendo de la agenda del juzgado (nota: los juzgados españoles tienen una carga de trabajo muy superior a la recomendada por la Unión Europea, y una dotación de medios de mierda, así que asume que va a tardar).
Llegado el momento se celebra la vista (o juicio) y ambas partes exponen sus argumentos.
Su Señoría pregunta a Cayo si quiere seguir adelante, pregunta a Ticio si se opone, y si ambos responden que sí, procedemos al juicio estándar. El abogado de cada uno hace un breve resumen de lo que pasa, declaran Ticio y Cayo (pero solo si el abogado de su contrario pide interrogarlos), declaran los testigos y, por último, los peritos (en ambos casos, si los hay). Normalmente en los juicios verbales no hay conclusiones (el discursito peliculero).
Tras eso, nuestro querido o querida iudex dicta sentencia por escrito en el plazo aproximado de un mes, y si la cantidad es de menos de 2000€ no puede haber condena en costas (el que pierde le paga el abogado al que gana) ni se puede recurrir la sentencia.
Si la cuantía es de más de 6000€, es un
JUICIO ORDINARIO
Empezamos igual, con la demanda, y tras eso, el juzgado, si la admite, envía notificación al demandado, Ticio, para que en el plazo de dos meses presente contestación a la demanda, con sus argumentos: su versión de los hechos, fundamentos jurídicos y pruebas.
Tras eso, se cita a ambas partes en un plazo de 6 meses aprox. desde que reciben la contestación a la demanda para el acto de la audiencia previa. En ella, ambas partes se ratifican en su postura y entregan al tribunal una lista de las pruebas de las que van a servirse. Si alguna parte entrega una prueba nueva, tiene que justificar si debe admitirse o no. Si la tenía cuando presentó la demanda y decidió no presentarla, se inadmite.
Luego se notifica la fecha del juicio, que será a los 6-8 meses, y llegado el momento ambas partes comparecen.
Si no hay acuerdo, se procede a celebrar el juicio igual que en el verbal. En un plazo de un mes debería haber sentencia (a veces tarda más).
En total, juntando la parte de la preparación de la demanda y estudio del caso: dos años de procedimiento.
Y ahora, un resumen de latinajos:
-Ley de Citas: esta ley romana imponía que, en discusiones de derecho, prevalecerían aquéllos que estuvieran de acuerdo con estos 5 jurisconsultos: Papiniano, Gayo, Ulpiano, Paulo y Modestino.
-Alea: juego de azar.
-Lupanar: prostíbulo, casa de putas.
-Stultus: tonto.
-Stilus: lápiz.
-Iudex: juez.
Para la próxima, el Procedimiento Penal.
Semper fi,
Ukio