La mujer ha jugado un papel fundamental dentro de la historia del jazz, pero como en tantos ámbitos culturales, su repercusión en la historia que nos ha llegado ha sido mínima. Conocemos sobre todo a cantantes pero cada día hay más mujeres instrumentistas y directoras en la vanguardia de este estilo musical.
El jazz nace de la fusión de diferentes estilos de música que se encuentran en la zona del delta del Mississipi a finales del siglo XIX. Estos son el europeo, que llevan los emigrantes franceses e ingleses, y el africano, que llega con el comercio de esclavos de este continente.
A los esclavos se les prohibía tocar instrumentos pero sí tenían cantos que pasaban de generación en generación. Las mujeres fueron las encargadas de esa transmisión de conocimiento sin la que habríamos perdido la raíz africana, tan importante dentro de la música.
Con el paso del tiempo los amos empezaron a permitir a los esclavos tocar algún instrumento, así podían utilizarlos como elemento de diversión dentro de las fiestas que realizaban. Estos esclavos solían tener gran importancia para el amo, llegando algunos a ganar dinero y así poder comprar su libertad. Pero las mujeres siguieron teniendo prohibido ese acceso a los instrumentos.
Con la guerra de secesión y la abolición de la esclavitud, la sociedad blanca empezó a apreciar las voces de los esclavos. Tanto el personal masculino como el femenino actuaban en los barcos turísticos que recorrían el Mississipi.
La primera grabación de una cantante negra se produce en 1919 con la cantante de vodevil Mary Straine, pero el gran éxito lo tendrá Mamie Smith, que graba por primera vez un blues con un éxito atronador.
A partir de este éxito, diversas compañías discográficas empezaron a publicar un catálogo específico orientado a la población negra, que resultó ser muy rentable.
Algunas de las cantantes que acompañaban a los músicos de jazz consiguieron gran fama, sobre todo, entre la población afroamericana. Podemos citar a Ethel Waters, Bessie Smith, Rosa Henderson o Gertrude “Ma” Rainey como las más importantes. Estas cantantes acompañaron a los mejores músicos de jazz del momento: Louis Amstrong, Coleman Hawkins, Sidney Bechet, Fletcher Henderson…
Un ejemplo de mujeres instrumentistas lo tenemos en Louise Johnson, que cantaba y tocaba el piano. Hacía grabaciones de blues rural y dominaba el boogie.
No somos conscientes de la importancia de la mujer dentro de la historia del jazz porque, al igual que en otras esferas de la sociedad, sus logros han sido relagados a un segundo plano o incluso silenciados. Su aportación desde el nacimiento del estilo hasta nuestros días ha servido para desarrollar este estilo de música que hoy podemos disfrutar.
Alex Troya
Y como instrumentistas y compositoras (no cantantes) si ya mencionamos a la inmensa Mary Lou Williams, entonces podemos decir eso de “apaga y vamonos”
También me dejo en el tintero a Melba Wilson, compositora, arreglista y trombón de baras. Fue casi una compañera habitual de Randy Weston, música de la era post bop, tocó además con gente como Coltrane, Gillespie, Art Blakey… me parece necesario mencionarla.