Título original: The lion king. Título en Castellano: El Rey León. Género: Animación tradicional, película infantil, drama. Dirección: Jon favreau. Guión: Jeff Nathanson (basada en el guión y los personajes originales de Brenda Chapman, Linda Woolverton, Irene Mecchi, Jonathan Roberts). Duración: 118 minutos. País: EEUU. Actores de doblaje principales: Donald Glover (Simba), Beyoncé (Nala), Chiwetel Ejiofor (Scar), James Earl Jones (Mufasa), John Oliver (Zazú), Billt Eichner (Timón), Seth Rogen (Pumba). Estreno en España: 19 de julio de 2019.
Uno de los elementos más famosos de la mítica “El rey león” es sin duda el ciclo de la vida, y en el mundo real parte de ese ciclo es el eterno recurso de exprimir la nostalgia. Como resultado de él nos llega esta producción, que tiene el sabor del remake con actores reales no tan lejano de “La bella y la bestia”, y en mi opinión alcanza el mismo resultado.
Lo primero, y que no puede faltar, es el resumen del argumento. Bueno, sí, es raro hacer esto cuando estamos hablando de una película que repite el guion de la de 1994, pero han pasado veinticinco años, así que lo escribo por si alguien no ha visto la original. La historia comienza con la presentación en público de Simba, el joven hijo de Mufasa, el fuerte y noble león que reina en la sabana. El cachorro, pese a su tierna edad, muestra un travieso y vivo temperamento que le lleva a meterse en algunos líos, y en un momento dado uno de esos “líos” motivará que huya de su hogar hasta que, siendo ya adulto, decida volver para enfrentarse a su pasado.
Sí, lo sé, es un resumen muy raro. Pero, ¿cómo lo contaríais sin hacer el spoiler que todos sabemos? Pues eso.
Cumplido este formalismo, me gustaría realizar mi valoración personal del film desde dos puntos de vista. El primero es el del film por sí mismo, sin compararlo con el primero. Creo que es un largometraje decente, aceptable, si bien el desenlace se me hace un tanto apresurado y falto de vigor, además de con algunos momentos de algunas escenas cuya lógica flaquea. Y tiene el problema añadido de que Simba se me antoja un héroe quizás un poco flojo, falto de carisma, falto de fuerza, sin ese fuego que necesita un protagonista heroico para impresionar.
El segundo punto de vista que quiero abordar es el de la comparación de la película actual con la de hace veinticinco años. Al igual que sucedió con “La bella y la bestia” el film es casi el mismo. El guion es el mismo, las canciones son las mismas (salvo una) y los diálogos son prácticamente iguales, sólo cambian algunas cosas, pequeños detalles, y se añaden otras. Ahora bien, todos esos cambios importan, e importan mucho, porque en conjunto hacen que el largometraje original sea mejor, en mi humilde opinión. Y ojo, aquí quiero romper una pequeña lanza para defender el de 2019, y es que considero que parte con un hándicap importante: romper con el dibujo animado. La presentación realista tiene su lado bueno, ya que gana en espectacularidad, pero al mismo tiempo le resta algo que es fundamental en una película como ésta: expresividad. Recordemos que los protagonistas de la película son animales, no seres humanos; por muy cercanos que nos puedan ser algunos, ningún animal podrá jamás transmitirnos emociones de la misma manera que lo hace un rostro humano (¡más que nada porque no somos de la misma especie, oiga!). Un dibujo animado, por sus características, puede salvar con bastante eficacia esa barrera: por lo general los dibujantes humanizan mucho los rostros y movimientos corporales de aquellos animales que deben parecer mucho más humanos para que el espectador empatice más fácilmente con ellos. Así pues, en ese sentido, este nuevo Rey león tiene un gran problema de base, y hay momentos en que se nota bastante, pero lo disculpo porque es una consecuencia inevitable del tipo de presentación visual elegida.
Ahora bien, para mí eso no invalida el resto de cosas que, a mi parecer, hacen que la producción acabe por ser un poco sosa. Gran parte de ello es el ritmo. La primera mitad está bien, pero a partir del momento en que Simba y Nala se reencuentran siento que la película se acelera y que las escenas parecen estar corriendo para llegar al final a tiempo. Los diálogos tampoco funcionan del todo bien para mi gusto, a veces por haberlos recortado y otras veces por haberlos alargado, exagerado o cambiado demasiado. Al final la impresión que se me queda es la de que a las escenas les falta un poco de pausa, sosiego y, sobre todo, de emoción. No conecto de la misma manera con lo que veo en pantalla. Este segundo film, comparado con el primero, lo noto a veces un poco frío en ciertos momentos importantes que deberían transmitir más. Sí, la película es la misma, pero hasta los matices más diminutos pueden marcar una gran diferencia, y en este caso noto que el film, al margen de lo ya dicho sobre la expresividad, no consigue crear la misma atmósfera. Además, los elementos nuevos no contribuyen a mejorarlo; personalmente creo que no encajan, que no le sientan bien.
En definitiva, una película que no está mal, pero que quizás no esté a la altura de su predecesora. Como ya he dicho, transcurre estupendamente hasta más o menos la mitad (se disfruta mucho, quitando un pequeño retoque que no me convence) y a partir de ahí palidece. Eso no quita, por supuesto, que no podáis pasar un buen rato en el cine. La trama sigue siendo apasionante, conmovedora y de calidad, y las canciones, maravillosas, como no podía ser de otra manera en una película Disney de estilo clásico. Y además, en el apartado cómico hay algunos chascarrillos MUY buenos, en general por cortesía de Timón y Pumba.
Si nunca la habéis visto, os recomiendo ir a hacerlo, merece la pena. Como siempre, ahí está el tráiler. ¡Hasta otra!
Brais Louzao Recarey