Hoy vamos a hablar de Seven Nation Army, de The White Stripes. La última vez hablamos sobre los Rolling, una banda que lleva en activo más de lo que la mayoría tarda en pagar la hipoteca de su casa y, en contraste, hoy hablaremos de una que, aunque es mucho más joven, ya ni siquiera existe: The White Stripes.
Seguro que te suena. Y aunque no lo haga, es muy probable que hayas escuchado este tema más de una vez. Básicamente porque está en todas partes. Pero empecemos por los orígenes. ¿Quiénes son The White Stripes? Pues, a priori, un grupo de rock alternativo que se mueve entre el indie, el blues y el garage rock. Lo que quizá es más curioso y uno no se imagina al principio, es que se trata de un dúo. La historia comienza con Jack Antony Gillys en el Memphis Smoke, un restaurante donde Meg White recitaba poemas en las noches de micro libre. Para cuando su romance tomó forma de matrimonino, Gillis ya había trabajado en varios grupos como músico profesional. Contrariamente a lo común, Jack adoptó el apellido de su esposa y pasó a llamarse Jack White. De ahí el nombre de la banda.
La formación se fundó en 1997 y, como comentaba, por aquel entonces los Rolling ya llevaban muchas décadas dando guerra, sin embargo, tras “sólo” seis álbumes de estudio, en 2011, anunciarían su disolución. Puede parecer una carrera breve porque, comparado con los Rolling, todo el mundo es nuevo y lleva poco en el negocio musical, pero fueron casi quince años llenos de éxitos. Y lo más importante, hicieron que The White Stripes dejase un legado en el rock muy difícil de diluir en el tiempo.
Precisamente parte de esa impronta que deja en la música se debe a este tema: Seven Nation Army. Producida y compuesta por el ya entonces Jack White, la canción está incluída en el álbum Elephant y salió a la luz en 2003.
Al principo del texto mencionaba que es una canción que está en todas partes y no mentía. Aquí en España son tres los equipos de fútbol (Las Palmas, Atlético de Madrid y Sporting de Gijón) que la ponen cada vez que su equipo marca un gol. Desata tantas pasiones en el balonpié que también sonó en los últimos partidos de la UEFA Champions League de 2013-2014, así como en el mundial de Rusia 2018 cuando salían los equipos al campo. Pero ya se usaba en la Eurocpa del 2012 para festejar cada gol, aunque los primeros en usarla fueron los italianos para celebrar su campeonato del mundo en el mundial de selecciones allá por 2006. La han usado desde Valentino Rossi a Michael Schumacher, pasando por boxeadores, la NBA y el fútbol americano.
Este vídeo da fe del evento que reunió a mil músicos para tocar en directo Seven Nation Army en Italia en 2016. ¿Nada mal para un grupo que ya llevaba años disuelto no? Nunca mejor dicho, todo un ejército de músicos unidos para rendir homenaje a una canción.
Para explicar el origen de tan singular pieza hemos de remontarnos a 2002, momento en que el Jack White compondría el famoso riff en medio de una gira por Australia, en el Corner Hotel, en Melbourne. La primera persona en oírlo fue Ben Swank, que diría un escueto “It’s OK.”. Inicialmente, ni el mismo Jack White pensó que fuese maravilloso. Es más, su idea era guardarlo para el hipotético caso en el que le pidiesen que escribiese un tema para la saga de James Bond. Por suerte, se dio cuenta de lo improbable de ese escenario y decidió reciclar el riff en una canción para los White Stripes.
¿Pero qué es eso de Seven Nation Army? ¿Qué quiere decir? Realmente el nombre obedece a una confusión. De joven, al pequeño y por aquel entonces aún Jack Gillis, se le quedó grabado el nombre de un movimiento cristiano protestante fundado en 1865 por el pastor William Booth cuya misión era y sigue siendo predicar el Evangelio. White, en un error de puro entendimiento, atribuyó a este movimiento el nombre de Seven Nation Army para darse cuenta mucho más tarde de que realmente se llamaba Salvation Army.
Como es lógico, tuvo una acogida acorde con su impacto y recibió un grammy a la mejor canción de rock. También fue nominada al grammy a la mejor actuación de rock por un dúo. Lo más alabado de la canción siempre ha sido su riff central, del que se ha llegado a decir desde la Rolling Stone que era el mejor de la década de los 2000. En concordancia con esto, Rebecca Shiller escribía para NME que el riff era la más loca y compulsiva línea de bajo de la década, y eso que ni siquiera se tocaba en un bajo. Y es que, aunque lo imita, no se usa un bajo para este riff, sino una guitarra acústica conectada a un pedal DigiTech Whammy que ha sido bajado una octava.
La letra, otro aspecto muy interesante del tema, es una especie de respuesta a la creciente fama del grupo. Cuenta la historia de una persona que al entrar en una ciudad escucha a sus residentes chismorreando sobre él y decide irse, aunque luego vuelve debido a la soledad. La canción es un grito contra los chismes, las habladurías y los cotillas; algo que tiene mucho sentido si tenemos en cuenta que inicialmente el grupo insistía en que no era un matrimonio, sino que eran hermanos precisamente para que la gente se centrase en su música y no en su relación personal.
Cómo nota curiosa con la que sabéis que me gusta cerrar los textos, en 2016 los White Stripes tuvieron que pronunciarse en facebook mostrando pesar a tenor de la aparición de Seven Nation Army en un vídeo de apoyo a Donald Trump para la campaña presidencial. Lo divertido es que este suceso inspiró a un compositor británico para escribir una fuga basada en Bach sobre el riff de Seven Nation Army, pero no precisamente alabando a Trump:
Alfonso Rois