En la década de los 90 reinaron comedias de situación que aún hoy recordamos. Friends, Seinfeld, Frasier o Matrimonio con hijos marcaron a toda una generación que sació su sed en la década siguiente con Como conocí a vuestra madre (2005) o Dos hombres y medio (2003). Poco después llegaron Big bang theory o Modern family, pero la parrilla ya no la dominaba la comedia en pequeñas dosis de veinte minutos.
Poco a poco las series se hicieron con gran parte del pastel y hoy son receptoras de presupuestos dignos de cualquier superproducción. Durante años, el episodio piloto de Lost fue considerado, con 24 millones de inversión, el más caro de la historia. Hoy lleva esa corona la serie The pacific, con 27 millones por episodio.
Sin embargo, en mitad de ese proceso, en los años 2000, surgieron varias series de inesperado éxito que hoy no se recuerdan tanto y que, sin importar cifras, merecen ser honradas. Así pues, estas son algunas de las series olvidadas de los 2000 que deberías ver:
Everwood (2002)
El creador Greg Berlanti comenzó como guionista de ocho episodios de la edulcorada Dawson crece y mantuvo esos aires azucarados en sus primeras creaciones. Una de ellas, Everwood, fue aclamada como la mejor serie familiar del momento, y no es para menos.
Estrenada en 2002, nos presenta a Andy Brown (Treat Williams en, probablemente, su mejor papel), un famoso cirujano de Nueva York que pierde a su esposa en un repentino accidente. Andy decide entonces abandonar la gran manzana junto a sus hijos para instalarse en un pequeño pueblo de Colorado llamado Everwood. Delia, la hija menor, hace lo posible por adaptarse mientras Ephram, el hijo adolescente de Andy, es un derroche de rebeldía, inconformismo y chascarrillos de humor negro estupendos.
Poco a poco, lo que comienza como una serie centrada en los Brown, se convierte en un desfile coral de entrañables personajes. Entre ellos destaca Harold Abbot, el médico familiar del pueblo y el contrapunto perfecto para Andy. Juntos nos regalan muchos de los momentos más inolvidables y cómicos. Pero no hay personaje que se desperdicie: la esposa abnegada y alcaldesa, el guapo y socarrón adolescente (un jovencísimo Chris Pratt) que hace la vida imposible a Ephram, su hermana Amy (maravillosa Emily VanCamp), hermosa y triste reina del baile, la enfermera motorista o la vecina sarcástica son solo algunos de los personajes que te enamorarán.
Contra toda expectativa y sostenido sobre una base ya muy utilizada que consiguen refrescar, los diálogos en Everwood son su punto fuerte. Desde la voz en off reflexiva a comienzo y final de episodio hasta la declaración de intenciones típicamente adolescente, pasando por las batallas dialécticas de los médicos enfrentados. En sus cuatro temporadas, cada capítulo es una delicia de humor sarcástico, ternura y crudeza. Todo envuelto en un manto nevado bellísimo.
Entourage (2004)
Cuando Mark Walhberg quiso contar algunas de sus vivencias en esa atractiva telaraña llamada Hollywood, el creador Doug Ellin entró en acción. El resultado es Entourage, una serie que mantuvo el tipo durante ocho temporadas y que consiguió una buena partida de fieles seguidores.
Vincent Chase (Adrian Grenier) es un joven actor que se encuentra en pleno ascenso de su carrera. Para acompañarle en esta aventura, Vincent vive con su hermano Johnny y sus amigos de la infancia Turtle y Eric. Los cuatro desentrañan para nosotros entresijos propios del Hollywood leído entre líneas, motivo más que suficiente para que los cinéfilos y curiosos la disfruten.
Centrada en los cuatro amigos y el representante de Chase, Ari Gold (tremendo Jeremy Piven), la camaradería, la familia escogida y la amistad son los verdaderos protagonistas. Entourage pone la guinda con incontables cameos tales como James Cameron, Jimmy Kimmel, Ralph Macchio, Peter Dinklage, Peter Jackson y muchísimos más. Y, hablando de guindas, no olvides disfrutar de la película del mismo título estrenada en 2015 que pone el broche final a ocho temporadas de Vinny Chase y su séquito.
Me llamo Earl (2005)
Una de las sorpresas fue la que trajo Fox de la mano de Greg García, Me llamo Earl, protagonizada por Jason Lee, cara conocida pero no reconocida hasta entonces. Con un argumento más original de lo acostumbrado en una sitcom, Me llamo Earl trajo frescura a un género que empezaba a pasar del encasillamiento a la simple decadencia.
Earl Hickey vive de pequeños hurtos y estafas hasta que, en un golpe de suerte, es premiado con 100.000 dólares de la lotería. Al instante, Earl es atropellado y ve como el boleto se escapa de sus manos mientras agoniza en la carretera. Ya en el hospital, Hickey comprende que su desgracia no es más que el karma, que le arrebata lo que no merece. Así, Earl hace una lista de sus malas acciones para enmendarlas con la intención de reconciliarse con el karma.
A pesar de que Jason Lee lleva muy correctamente el peso de la serie, sus secundarios son uno de sus puntos fuertes. Jaime Pressly interpreta a Joy, la ex mujer de Earl, uno de los personajes más carismáticos gracias al tremendo registro ya demostrado de la actriz. Junto a ella, su novio Darnell, que esconde un inesperado secreto, y Randy, el hermano simplón de Earl (Ethan Suplee con una genial expresividad física). No por nada el reparto recibió varias nominaciones a los Emmy, Globos de Oro y de la mano del Sindicato de actores.
Me Llamo Earl es frescura y descaro y, pese a su brusco final, merece la pena recorrerla de nuevo.
Esperando tener un buen karma finalizamos aquí nuestro compendio de series olvidadas de los años 2000, si te ha gustado y te apetece leer una segunda parte… ¡no dudes en decírnoslo!
Ely Aparicio