El sexo en el cine puede ser la perfecta herramienta narrativa que complemente cualquier escena de amor. Por todos es sabido que grabar este tipo de escenas no siempre resulta cómodo. Mientras que, para el espectador sólo se trata de unos segundos más de película, para los actores suponen los momentos más comprometidos de la grabación. De hecho, a veces, para grabar una escena de tan solo quinces segundos es necesario rodar durante varias horas.
Repeticiones que se prolongan más de la cuenta, observadores que supervisan cada movimiento, o el constante rodar de la película fotográfica son elementos que por si mismos aniquilan cualquier resquicio de erotismo. Sin olvidar que en estos nuevos tiempos de pandemia ha sido necesario discurrir nuevos métodos para prevenir el posible contagio y mantener a los actores lo más seguros posibles mientras están trabajando. Dobles, calcetines, incluso sudor artificial. Veamos los pasos a seguir para rodar este tipo de escenas.
Primeros pasos para hacer una escena sexual
El director comunica al actor si en la película se realizará una escena sexual o un desnudo. Tras el acuerdo, los responsables firman un documento con una cláusula de desnudo, donde especifican todo lo que el actor está dispuesto a hacer ante la cámara. El director puede cambiar estos requerimientos en cualquier momento y el actor siempre tiene la posibilidad de rechazarlos 24 horas antes, nunca en el set. Como ejemplo Brian Bradley rechazó continuar en la serie “Euphoria”, al saber que su personaje tendría que interpretar escenas donde experimentaba con la homosexualidad. El actor Algee Smith no tuvo problemas en reemplazarlo.
Comienza el rodaje; Genitales cubiertos
Una vez firmado el acuerdo se inicia la grabación de la escena. Al contrario de lo que pueda parecer, en la mayoría de las ocasiones los actores no están completamente desnudos. Usan calcetines de color carne para esconder el pene, así como parches para la vagina que se fijan con una cinta de doble cara o con algún producto resistente al agua. También es frecuente el uso de pelucas púbicas como accesorio útil para mostrar el sexo de otras épocas, por ejemplo, Kate Winslet la usó en The Reader y Olivia Wilde en la serie Vynyl, ambas ambientadas en la década de los 70. Algo mucho más rudimentario es la colocación de almohadas entre los cuerpos de los actores para evitar el roce de sus genitales durante el supuesto acto sexual.
Uso de dobles
Diversos actores tienen partes en específico que no están dispuestos a mostrar en pantalla, por lo que el equipo de filmación debe afanarse al máximo para ocultar esas zonas prohibidas del modo más natural posible. Solo cuando este punto se hace imposible entran en escena los dobles de cuerpo y los efectos especiales. En la quinta temporada de Game of Thrones, Cersei tuvo que caminar desnuda por todo King´s Landing, Lena Headey realizó la caminata y actúo para los primeros planos; pero una doble fue la que realizó el desnudo, y el rostro de la actriz fue reemplazado en la sala de edición. En tiempos de pandemia se están usando muñecas hinchables o maniquíes como dobles.
La figura de los coordinadores de intimidad
Los coordinadores de intimidad son los encargados de generar un espacio respetuoso que sostenga a los actores a la hora de rodar las escenas íntimas. Esto se realzó mucho más cuando llegaron las denuncias de abuso contra Harvey Weinstein y el #MeToo.
Para los coordinadores, lo más importante es cómo se sientan los actores una vez fuera del trabajo. No se deja nada a la improvisación, nadie debe sentirse inseguro. Toda escena debe ser rigurosamente profesional, sin que exista un potencial acoso sexual. Besos, tocamientos, abrazos, todo se calcula al milímetro con el consentimiento de los actores, antes de empezar a rodar. En el caso de Brian Bradley, en “Euphoria” hubo que mediar entre los deseos del director y las intenciones del actor. Al no alcanzar un punto medio se acordó terminar la relación laboral.
Hay que practicar, pero con cuidado
Para algunos directores grabar escenas de sexo es un asunto realmente complicado y pudoroso, es por ello que algunos buscan alternativas más o menos creíbles. Por ejemplo, en la película “Romance & Cigarrotes” (2006), el director pidió a Kate Winslet que se sentara en una pelota de pilates y botara. Una cámara filmaría el movimiento de la actriz simulando sobre la pelota una escena de sexo. En esta ocasión, el invento resultó ser algo peligroso ya que al final del rodaje, Kate resbaló y cayó encima de un miembro del equipo. Por suerte no hubo que lamentar heridos graves.
No todos los juguetes sexuales sirven
Algunas productoras cuentan con un departamento dedicado a la elección de los juguetes sexuales que son aptos para según qué audiencias. Cada elemento erótico tiene su público, dependiendo de si es cine o serie y en qué canales se emitirá después. Por ejemplo, para “Crazy Ex Girlfriend”, antes de grabar una despedida de soltera, el director de la serie tuvo que enviar unas 100 fotos de diferentes juguetes para ver cuál elegía el departamento de CBS televisión. Curiosamente, ninguno de los que resultaron elegidos tenían la apariencia del clásico juguete sexual que se puede encontrar en cualquier sex shop.
¡A Sudar!
Hay muchas formas de simular el sudor de un personaje. Si lo que se busca es un aspecto más aceitoso, se usará vaselina en la cara. Pero, si necesitan que se note por todo el cuerpo, se hace una mezcla de aceite corporal para niños y agua. O una mezcla de agua de rosas y glicerina que, pulverizada sobre los actores, de la impresión de ser un auténtico sudor generado por la actividad sexual. Por otro lado, los maquilladores prefieren el bronceado al maquillaje tradicional ya que simula una segunda piel. Brigette Myre Sharpe, que ha trabajado en series como “Buffy Cazavampiros” cuenta que los actores si están bronceados sienten que llevan más ropa en las escenas más comprometidas.
¿Y si la actriz tiene la regla?
Muchas veces, en el cine se graba a contrarreloj y hay que filmar por más que surjan incómodos contratiempos como el de una actriz en periodo de menstruación. Para esto existen un montón de trucos higiénicos como los tampones sin hilo, las copas menstruales o los mencionados parches vaginales que se irán cambiando cada cierto tiempo. Por otro lado, a raíz de las denuncias de ciertos colectivos por el hecho de ocultar imágenes tan naturales como la menstruación, nació un movimiento que pretende ensalzar lo natural del cuerpo femenino: la regla, los lunares, los poros o las cicatrices; algo bello en toda mujer.
El sexo en tiempos de pandemia
Como medida preventiva durante estos últimos meses se ha limitado el número de personas en los sets de rodaje. Se realizan PCR a los actores cada día, y al equipo de producción al menos una vez a la semana. Se mantienen rigurosamente las distancias de durante la grabación. Además, muchas productoras eligen a las parejas de los actores en la vida real para rodar estas escenas y evitar la propagación. Otra medida es el uso de Perspex, una lámina de plástico delgada y flexible, para las escenas donde los besos son imprescindibles. Cada vez es más común encontrar este material en los rodajes, un producto que los editores pueden eliminar fácilmente con las técnicas de posproducción. Apuesto a que en un futuro no muy lejano nos encontraremos con abundantes gazapos donde este plástico quedará a la vista del espectador
Pero ¿El sexo ha sido real?
A pesar de todo los protagonistas de estas escenas subidas de tono son humanos y a veces existe cierta química entre ellos. El director de la serie Big Little Lies (2017), asegura que nunca ha visto a un actor con una erección en su dilatada carrera, pero agrega que entre los protagonistas debe haber una conexión para que la escena sea convincente. No obstante, existen escenas donde la actuación, o los efectos, son tan convincentes que el público y la crítica acaban por sentenciar que el sexo fue real. Días antes del estreno de la película Nymphomaniac (2013) se empezó a rumorear que la escena sexual de Shia Labeouf y Stacy Martin había sido real.
Numerosas películas rodaron sexo real. En el caso de Calígula (1979), se presentó en la gran pantalla sin censura de ningún tipo conteniendo una gran cantidad de escenas de sexo explícito. En otras cintas menos conocidas como The Brown Bunny (2003), Chloë Sevigny, reveló que el sexo oral que le practicó a Vincent Gallo fue real. En Marfa Girl 2 (2008) los acercamientos a genitales y relaciones sexuales tampoco son simulados. No son pocas las veces que hay tanta química entre los actores que dudamos si lo que vemos en pantalla es trabajo o hay algo más.
A pesar de que la mayoría de cinéfilos sabemos que esas escenas amatorias son en su práctica totalidad pura ficción no nos importa engañarnos y vivirlo como si fuese real. Al fin y al cabo, tal y como se dijo en la película Llamando a las puertas del cielo: “A veces prefiero el cine a la realidad”
Qué bueno!
Buen artículo ?
Muy interesante
Interesante información, siempre tuve muchas dudas respecto a cómo hacían escenas de sexo y cómo evitar un contacto físico en esas circunstancias.