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Hans Zimmer, el omnipresente

Pocos nombres resuenan tanto en el ámbito de la música para cine como el de Hans Zimmer, el alemán natural de Fráncfort goza de un prestigio labrado canción a canción en una industria donde sólo prosperan algunos de los más talentosos y llegan a leyendas muchos menos. En contra de lo que pudiera parecer, la formación musical del que podemos nombrar sin vacilar como el compositor para cine más cotizado hoy en día, no consta de innumerables años de conservatorio. Asegura en una AMA (ask me anything, pregúntame lo que sea) para el foro de reddit que sus estudios formales fueron dos semanas de lecciones de piano. Lo echaron de ocho escuelas, pero se unió a una banda y fue creciendo de forma autodidacta. Además, señala que al ser un hijo del siglo XX, los ordenadores facilitaron las cosas. Por no faltar a la verdad, conviene matizar que estuvo en un exclusivo internado en suiza en sus años mozos y posteriormente, ya en Londres, asistió a la escuela Hurwood House.

«My formal training was two weeks of piano lessons. I was thrown out of eight schools. But I joined a band. I am self-taught. But I’ve always heard music in my head. And I’m a child of the 20th century; computers came in very handy.»

Parece que, tan poco habitual como su éxito, fueron sus orígenes. Y es que, a esta formación poco convencional en lo que a lo musical se refiere, podemos añadir una curiosidad interesante sobre su vida que mencionó en una conferencia en el festival de cine de Berlín de 1999:

«My mother was very musical, basically a musician and my father was an engineer and an inventor. So I grew up modifying the piano, shall we say, which made my mother gasp in horror, and my father would think it was fantastic when I would attach chainsaws and stuff like that to the piano because he thought it was an evolution in technology.»

Zimmer comenta como su madre, amante de la música, miraba horrorizada como modificaba su piano. Mientras, su padre, ingeniero e inventor, lo veía como algo fantástico. Quizá esta precoz fusión entre música e innovación fueran las claves, junto con su temprana predilección por la música de Ennio Morricone, de su ya extensa y celebrada carrera.

Al margen de estas anécdotas, su carrera musical comenzó tocando sintetizadores y teclados en los setenta en su mayoría en bandas de estilo new wave. Krakatoa fue la primera, a esta le siguió Buggles, Krisma y Helden. Formando parte de esta última, fue invitado a tomar parte en un concierto de Mecano en Segovia en el que dos canciones pasarían a la posteridad bajo el álbum en directo «Mecano: En Concierto».

En este vídeclip de la popular Video Killed The Radio Star podemos ver a un Jovencísimo Zimmer en los teclados

Tras pulular haciendo varios trabajos para bandas, Zimmer también compuso música para anuncios. Poco después conocería a Stanley Myers, el notable compositor que le introdujo en el mundo de las bandas sonoras. Ambos cofundaron un estudio de grabación y trabajaron en la fusión de la música orquestal tradicional y los sintetizadores, muy a cuento de lo que comentábamos anteriormente sobre experimentar en su juventud con el piano. Algunas de las obras en las que trabajaron juntos son Moonlighting (1982), Succes is the Best Revenge (1984) o Insignificance (1985).

Hans Zimmer
La primera cinta en la que Hans Zimmer compone la banda sonora en solitario

Double Exposure fue la primera cinta en la que el alemán no compartía créditos, fue un año antes del gran punto de inflexión que supuso para él componer la banda sonora de la mítica Rain Man. El director de la cinta, Barry Levinson, llegó a él a través de uno de sus trabajos y le pidió que compusiese la banda sonora. De ahí en adelante fue encadenando con Driving Miss Daisy, también ganadora de un premio de la academia,Thelma & Louise con Ridley Scott, The Power of One bajo la dirección de John G. Avildsen y, finalmente, el trabajo que le valdría un Globo de Oro, dos Grammys y su primera y hasta ahora única estatuilla: El Rey León (1994).

Acabaría la década de los noventa completamente consolidado como compositor trabajando en películas como Crimson Tide, The Thin Red Line con Terrence Malick o The Prince of Egypt para Dreamworks.

Journey to the Line, para La Delgada Línea Roja, es uno de sus más notables trabajos

Si indagamos en el trabajo de Hans Zimmer a partir del año 2000, empezamos a hacernos una idea de por qué se le apoda «el omnipresente». Gladiator, Black Hawk Down, Hannibal, The Last Samurai, Madagascar, The Da Vinci Code, The Simpsons Movie, Kung Fu Panda, Angels & Demons o Sherlock Holmes son algunos de los títulos que lleva a sus espaldas. También ha colaborado en la música para Batman Begins y The Dark Knight junto a James Newton Howard. Al igual que trabajó en Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra, aunque no aparece en los créditos de esta primera película, sí aparece en las tres siguientes.

Es difícil seguir la pista de su trabajo, pues, como decía, está por todas partes. Si lo quieres encontrar en videojuegos sólo tienes que ir al Crysis 2 o al Call of Duty: Modern Warfare 2. Ha trabajado para televisión en series como The Bible, para Netflix con The Crown e incluso para la BBC en Planet Earth II, una serie documental. El mundo de los superhéroes le debe, además de la trilogía de Nolan, su participación en The Amazing Spider-Man 2 y Batman vs Superman: Dawn Of Justice. Todas ellas a mayores de las archiconocidas Dunkirk, Blade Runner 2049, 12 years of slavery, Interestellar o Inception.

Sesión de una hora entera en bucle de Stay, parte de la BSO de Interestellar

Por supuesto, todo este trabajo le ha valido honores tan variados como una estrella en el paseo de la fama de Hollywood, ser nombrado leyenda de Disney o incluso el que se llame Hanszimmer a un cinturón de asteroides. Hablamos de una carrera que acumula por ahora once nominaciones a los Óscar, una estatuilla, dos globos de Oro, cuatro Grammys e incontables premios menores.

Quien iba a decir que el niño que quiso convertirse en compositor escuchando la banda sonora de Once Upon a Time in the West (Hasta que llegó su hora) de Ennio Morricone acabaría convirtiéndose él mismo en otra leyenda del cine y su música.

Bastida


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