Corría el año 1986 cuando la banda estadounidense Metallica sacó su tercer álbum de estudio: Master of Puppets. Este disco lleva por nombre el título de su segunda canción, uno de sus éxitos más reverenciados y aclamados. De hecho, Master of Puppets, es su canción más tocada en directo. Se estima que ha sido tocada más de 1500 veces. Eso… son unos cuantos bolos.
Originariamente la formación fue creada por Lars Ulrich (batería) y James Hetfield (vocalista, guitarra y principal compositor). A ellos dos se unirían después el problemático Dave Mustaine (guitarra) y Ron Mcgovney (bajista). Ninguno de estos dos duraría mucho en la banda. Ron se marchó del grupo debido a lo problemático que era Mustaine, para que os hagáis una idea, el bueno de Mustaine derramó cerveza sobre el bajo de Ron y este, sin saberlo, lo enchufó y sufrió una descarga eléctrica. Apuesto a que era un show verlos ensayar. El caso es que Mustaine fue sustituido por Kirk Hammett y Mcgovney por Cliff Burton.
La historia de Ron Mcgovney con la música no trascendería más allá tras abandonar el grupo en el que su amigo James Hetfield le convenció para entrar e incluso le enseñó a tocar el bajo. No fue el caso de Dave Mustaine, que fundaría después, siendo guitarra, voz y principal compositor, nada menos que Megadeath. Supongo que hay gente cuyo talento supera su incompetencia.
La canción que nos ocupa se integra en el último disco en el que participa el sustituto de Mcgvney, Cliff Burton, pues fallecería meses después de su lanzamiento en un trágico accidente de autobús. Es increíble como la tragedia ronda tan a menudo entre estas bandas míticas y como los músicos logran sobreponerse y agrandar aun más su leyenda.
El disco entero fue concebido en Sweet Silent Studios, huelga decir que es uno de los discos de cabecera de todo buen metalero y su canción homónima, una de la más importantes, sino la más importante para sus fans. En el verano de 1986, en su gira por Europa, Cliff Burton dormía en la litera de Kirk Hammett mientras viajaban en autobús por Suecia cuando les sobrevino la tragedia. El autobus volcó atrapando bajo él a Cliff Burton, que había salido despedido. El accidente conmocionó a la banda, la gira se suspendió y la formación entera quedó en suspensión para meditar sobre su futuro. Lo cierto es que incluso llegaron a consultar con los familiares del fallecido bajista acerca de la continuidad del proyecto musical. Finalmente decidieron continuar y reclutar al que sería su nuevo bajista: Jason Newsted. Como decía, es increíble como las grandes bandas logran sobreponerse a esta clase de tragedias de una manera en la que sólo la auténtica pasión y amor por tu profesión puede hacer posible.
Master of Puppets, cuya traducción aproximada sería Amo de los títeres, tiene algunas peculiaridades interesantes que pasamos a ver a continuación. Lo primero es su temática. La canción versa sobre las drogas y como la dependencia de éstas puede convertir a una persona en una simple marioneta de la sustancia. Es curioso, aunque encomiable, que un género en el que no es raro el uso de sustancias, como lo es el rock, o en este caso, el metal, termine por esculpir lo que probablemente sea el mejor argumento musical en contra de las drogas.
Dejando de lado la letra y entrando en lo musical, la canción es la más larga del disco, con nada menos que 8 minutos y 35 segundos. En este lapso temporal tienen lugar dos solos de guitarra, el primero a cargo de James Hetfield y el segundo en manos de Kirk Hammett. Toda la canción está dotada de una gran complejidad instrumental y es muy destacable el intencionado bajón de ritmo que hay por la mitad y que la banda repetiría como efecto marca de la casa en canciones posteriores.
Como nota final esta canción fue declarada por el ya extinto canal musical VH1 como la tercera mejor canción de metal de todos los tiempos. El propio Cliff Burton señaló en su momento que era su canción favorita.
Alfonso Rois