¡Saludos, lectores! Nos movemos otra vez a la década de los noventa, que tantos y tantos filmes de culto nos ha brindado. Nuestra parada es el año 1995. Suena Zombie de The Cranberries en todas las radios, y en los cines se acaba de estrenar Braveheart, que es la película que nos ocupa esta vez. Dirigida por el propio protagonista, Mel Gibson, es una de esas películas que han calado en nuestro ideario colectivo, ya que está repleta de diálogos y escenas icónicas, muchas de ellas de una belleza cinematográfica soberbia. No en vano recibió cinco premios Óscar, en las categorías de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Cinematografía, Mejor Edición de Sonido y Mejor Maquillaje, y fue nominada en otras cinco, entre ellas Mejor Guion Original.
El guion original es obra de Randall Wallace -no, no es un descendiente del protagonista de la película- y fue el primer gran éxito del guionista. Más tarde también dirigiría, siendo de su factura El Hombre de la Máscara de Hierro o Cuando Éramos Soldados. El guion de la película está inspirado en un poema escocés del autor Harry el Ciego escrito en el siglo XV, mientras que la historia del héroe escocés transcurrió durante el final del siglo XIII y principios del XIV. Tuvo la idea después de visitar Escocia para conocer sus raíces.
En la película, se nos presenta a un joven William Wallace (Mel Gibson), que vive con su hermano y su padre. Estos parten un día a una reunión de los clanes escoceses de la zona, pero son traicionados por los ingleses y asesinados junto con el resto de asistentes a la reunión. El joven William asiste al funeral de su familia y es luego adoptado por su tío Argyle (Brian Cox), que se lo lleva a la Europa continental para educarlo.
William vuelve unos años después a Escocia, convertido ya en un hombre, culto y educado, pero también fuerte y atractivo. No tardan en caer enamorados él y Murron (Catherine McCormack), y después de un apasionado romance se casan en secreto para evitar que ella sea poseída por el gobernador local en su noche de bodas. En un incidente con unos soldados Murron es capturada y ejecutada, y Wallace en venganza arrasa la guarnición local y mata al gobernador ayudado por su clan. Esto será la chispa de una rebelión que intentará sofocar el príncipe inglés, ya que el Rey Eduardo “Longshanks” (o Zanquilargo) está ocupado en la campaña francesa. Todo desemboca en la batalla del puente de Stirling, donde Wallace da su mítico discurso apelando a la libertad y consiguen derrotar a los ingleses. Después siguen avanzando hacia York, mientras intentan convencer a los nobles escoceses a su causa y a Robert Bruce (Angus McFadyen) para que acepte la corona del reino de Escocia.
Mientras prepara la invasión, el rey inglés Eduardo envía a su nuera, la princesa Isabel (Sophie Marceau), a parlamentar con Wallace y sus seguidores como señuelo. Isabel se enamora de Wallace y le advierte, pero es demasiado tarde y los escoceses son derrotados por Eduardo en Falkirk, en parte también porque algunos de los más influyentes nobles escoceses traicionan a Wallace sobornados por el rey inglés y huyen de la batalla. Entre los caballeros del rey también se encuentra Robert Bruce, a quien su padre ha convencido para ponerse del lado del Zanquilargo, con la esperanza de que le ceda la corona de Escocia si ayuda a sofocar la rebelión de Wallace. Furioso por la traición de los nobles, Wallace asesina uno a uno a los traidores. Robert, arrepentido por la traición, convoca una reunión de los nobles restantes y los rebeldes de William, pero el padre de Robert conspira contra Wallace y ordena capturarlo y enviarlo a Eduardo.
William Wallace es enviado a Londres, y ajusticiado y torturado en la plaza pública. Al mismo tiempo, el Rey Eduardo yace moribundo en su cama. La princesa Isabel le visita y le da la noticia de que de que el niño del que está embarazada es de Wallace y no del príncipe, justo antes de que Eduardo expire.
Con Wallace muerto, Robert Bruce, que ha rechazado definitivamente a su padre, lidera a los ejércitos escoceses para aceptar el dominio inglés, pero en el último momento -mientras guarda en su armadura el pañuelo de Murron, que Wallace usaba como prenda y recuerdo de su amada- ordena cargar contra los ingleses, derrotándolos y ganando la libertad escocesa en la batalla de Bannockburn.
Siendo honestos no soy capaz de ser imparcial con esta película, ya que ha sido desde siempre una de mis favoritas. Aún a día de hoy se me ponen los pelos de punta con algunas de las escenas, como el entierro del padre y del hermano de William, la muerte de Murron, el discurso de Wallace o ese grito de “¡Libertad!” del final. Puede que esté llena de fallos históricos y de coherencia interna de la película (cómo no mencionar esa escena en una batalla en la que Wallace está corriendo, primero con la espada en la mano, después sin nada en las manos y por último portando un hacha, todo ello en apenas unos segundos), pero cada vez que oigo los acordes de la magnífica banda sonora de James Horner una corriente eléctrica recorre mi columna y me emociono como me sucede con muy pocas películas. Este es, para mí, uno de los valores más importantes del cine, algo a lo que deberian aspirar la mayoría de películas.
Y a continuación, ¡curiosidades de esta obra de culto!
- En las batallas se usaron como extras soldados profesionales del ejército irlandés, que por lo visto se tomaron demasiado en serio algunas escenas y, dada la rivalidad entre algunas de las compañías, hicieron acabar a algunos de sus compañeros en el hospital.
- El actor Brendan Gleeson, irlandés, interpreta a Hamish, escocés. Al contrario, David O’Hara, escocés, interpreta a Stephen, irlandés. Ambos son los lugartenientes de Wallace.
- La primae noctis o derecho de pernada que se ve al principio del film no era una práctica común en Gran Bretaña, pero sí en Francia.
- Excepto un par de escenas que sí se filmaron en las Tierras Altas Escocesas, la mayoría de las escenas se filmaron en Irlanda.
- La mujer de Wallace en realidad se llamaba Marian y no Murron, pero le cambiaron el nombre en la película para que no la confundieran con el personaje femenino de Robin Hood.
- Se usaron caballos mecánicos sobre raíles propulsados por cilindros de nitrógeno, que llegaban a alcanzar los 48 km/h. Pesaban unos 90 Kg.
- Mel Gibson no iba a aparecer en la película ya que era demasiado mayor para el personaje (tenía 40 años y Wallace debía tener unos 20), pero la productora le presionó para aparecer en ella ya que, si no, no aceptarían financiar la película.
- Se tardó seis semanas en filmar la batalla de Stirling y se rodaron más de 90 horas de metraje.
- Durante las seis semanas que filmaron en el valle escocés de Glen Nevis sólo hubo tres días de sol.
- En la escena del discurso de Wallace, cada vez que Mel Gibson hablaba el caballo se desbocaba. Esto hizo la escena más difícil de filmar, pero también más intensa.
- A día de hoy, a Catherine McCormack aún le preguntan qué se siente al besar a Mel Gibson.
- No se usaron efectos digitales para filmar las flechas en vuelo, eran todas flechas reales.
- Al auténtico Wallace le dispararon en la garganta y sobrevivió, pero los productores quisieron cambiarlo a una herida en el pecho porque pensaron que la audiencia no lo vería verosímil.
- Mel Gibson hacía chistes antes del estreno de la película diciendo que la apodarían “Mad Mac” como guiño a la película Mad Max, que también protagonizó. Acertó, ya que los críticos se referían a Braveheart de esa manera.
- Entre los actores que se barajaron para interpretar a Wallace encontramos a Daniel Day-Lewis, Liam Neeson, Christopher Lambert, Jeff Bridges y Robin Williams.
- La frase que Wallace le dice a la princesa Isabella al final de la película “Todos los hombres mueren, pero no todos pueden decir que realmente han vivido”, es del poeta escocés Willam Ross Wallace, del siglo XIX y sin ningun lazo familiar con el William Wallace guerrero.
- Fue elegida la segunda película menos históricamente correcta por el medio estadounidense The Times, la tercera por Ranker y la cuarta por ScreenRant.
¡Nos vemos pronto!
si , peli de culto pero llena de errores historicos y esteticos…