Cuando se habla sobre música y cantantes actuales se tiende a recurrir al desprestigio debido a la utilización de ciertas tecnologías que “maquillan” las interpretaciones de los músicos. Una de las técnicas más conocidas (incluso fuera del mundillo de la producción musical) es el “autotune”, encargado de arreglar problemas de afinación. Te invito a que descubras en este artículo curiosidades sobre el autotune.
Antes de nada, ¿qué es autotune? En un estudio de grabación a veces se graban a cantantes que fruto de un mal día, de su mediocridad (o de su condición humana) no son capaces de afinar correctamente. Para solventar este problema se desarrolló una tecnología capaz de detectar la frecuencia de cada una de las notas de una grabación y permitir corregirlas y moverlas al lugar al que corresponden. Es decir, estamos ante una especie de “afinador automático”.
Al igual que ocurre con Kleenex, Chupa Chups o Tupper, los afinadores de voces digitales se conocen como autotune debido a que el primer dispositivo de estas características en alcanzar la fama fue Auto-Tune, de la empresa Antares Audio Technology. Sin embargo, a día de hoy se utilizan multitud de afinadores automáticos de distintos fabricantes como, por ejemplo, Melodyne o Waves Tune. Por tanto, cuando nos referimos a un autotune puede ser que estemos haciendo alusión a cualquier producto que pueda realizar las funciones de afinación de voces.
Aunque la idea de autotune fue primordialmente concebida para la corrección de errores, su utilización puede tener también una finalidad más puramente estética. Es el caso de Believe, de Cher, la primera canción en utilizar autotune como un efecto más y, de hecho, se le conoce como “efecto Cher”. Este recurso es ampliamente utilizado en música electrónica como una herramienta creativa más.
Autotune fue ideado como una solución automática para la corrección de la afinación, pero cabe remarcar que, si se quieren obtener resultados limpios y “quirúrgicos” en los cuales no se pueda percibir su uso, la pericia del productor es clave. A diferencia de lo que ocurre con el “efecto Cher”, si se utiliza el autotune adecuadamente, es totalmente imperceptible hasta para el oído más audiófilo.
También es necesario destacar que autotune no se utiliza sólo para voces. Cualquier instrumento monofónico puede verse beneficiado por autotune. Ese violín que desafinó un par de notas, esa guitarra que se quedó baja al hacer un bending… gracias al autotune tienen una fácil solución si no se puede volver a grabar o por algún motivo se quiere conservar esa toma.
Como ya habrás podido imaginar, existen versiones de autotune que funcionan en tiempo real que permiten aplicarlo al sonido en directo. Por tanto, cualquier persona a día de hoy puede cantar públicamente afinando correctamente. Es por ejemplo el caso de Auto-Tune Live. Su resultado parece magia negra.
![Autotune Simpsons](https://undergroundlab.es/wp-content/uploads/2019/07/Simpsons-autotune-1024x576.jpg)
A nivel popular, autotune se asocia a malos cantantes de estilos muy concretos pero lo cierto es que se utiliza en todos los estilos musicales. Se trata de una herramienta más que permite mejorar el proceso de grabación de un tema y de hacer que una canción se convierta en un producto más profesional.
Cualquier producción con una proyección medianamente grande hará uso de esta tecnología ya sea Rock, Metal, Pop, Jazz, Clásica o Folk. Todos lo utilizan y no por ello es menos honesto. Es más, autotune funciona mejor cuanto mejor sea el cantante, ya que permitirá elevar a la perfección su interpretación.
¿Y tú qué opinión tienes de autotune? ¿Crees que un buen músico debería rechazar su uso o que debe tratar de buscarse el mejor resultado posible para la canción? ¡Deja tu opinión en los comentarios!
Manu Duro