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La Reseña: Navidad Sangrienta

Navidad Sangrienta

Título original: Black Christmas. Título en España: Navidad Sangrienta. Género: Slasher. Dirección: Sophia TakalGuión: Sophia Takal y April Wolfe. Duración: 98 minutos. País: EEUU. Actores principales: Imogen Poots, Aleyse Shannon, Lily Donoghue, Brittany O’Grady, Madeleine Adams, Simon Mead. Estreno en España: 13 de diciembre de 2019.

Bueno, hace un par de días fui a ver la última producción de Blumhouse, y pese a las pocas expectativas que tenía, salí con muy mal sabor de boca. ¿Es mala? Sí, pero es algo más que eso. Voy a tratar de explicar por qué me quedé con esa sensación exponiendo dos cuestiones que trataré por separado: por un lado, la obra en sí, y por otro, su mensaje.

La trama es sencilla: en lugar de irse a casa por Navidad, cuatro chicas de una hermandad de la Universidad Hawthorne (y el novio de una de ellas) van a pasar las vacaciones en el campus, pero cuando todavía no han terminado de irse sus últimas compañeras, empiezan a recibir mensajes telefónicos de una serie de perturbados que intentarán matarlas vestidos con túnicas, capuchas y máscaras.

Navidad Sangrienta

Navidad sangrienta es el segundo remake de una película de 1974, y como no he visto ni la original ni la de 2006 no voy a hacer comparaciones. Por desgracia, eso no es necesario para que la cinta sea decepcionante. No hay mucho que decir, los problemas son los habituales: los personajes son estúpidos (¿llamar a la policía? ¿Por qué? Eso sería actuar con sentido común) o incompetentes (véase el guardia de seguridad del campus), los asesinos son unos inútiles (mueren como moscas y además se van turnando: en lugar de atacar todos a la vez esperan a que el anterior palme para atacar), las secuencias son absolutamente predecibles, hay clichés aburridos por todas partes, el guion utiliza excusas de mierda para justificar lo que sucede, la tensión dramática del clímax es inexistente y tiene que ser metida con calzador, los personajes no tienen ningún tipo de carisma y todo es vacío, artificial, forzado y soso.

Pero en fin, como ya he dicho, todo eso no es nada nuevo. Si las carencias se limitasen a lo mencionado, el film todavía podría pasar. Tendríamos un producto bastante estándar, difícilmente digerible, pero todavía soportable. Sin embargo, en realidad los peores aspectos de este largometraje son su tramo final y su falta de esfuerzo por ceñirse a lo que teóricamente debería ser.

A pocos minutos del desenlace, la película da un giro absurdo y ridículo hacia lo sobrenatural, entrando en un terreno que no pega ni con cola con la trama previa, y después todo se resuelve de forma acelerada, surrealista e inverosímil, transformando lo que hasta entonces era una historia de asesinatos cutre en una aventura de acción cutre estilo The fast and the furious, con sus bravuconadas sin chispa y todo.

Navidad Sangrienta

Y por último, pese a ser teóricamente un slasher, la producción adolece de una de las características más definitorias del género: la violencia. Hay muy poca violencia visible, las muertes apenas son sangrientas o brutales y a veces directamente se omiten. No hay muchos asesinatos: se cometen algunos al principio, y después, nada. Cierto es que mueren muchos de los “malos” secundarios, pero a manera de puro relleno y sin que se les preste atención. Son simplemente rostros anónimos (literalmente) que no generan ningún tipo de reacción en el espectador, una indiferencia que también se aplica a los principales “villanos”, a los cuales la cinta se quita de encima de forma muy descafeinada.

Hasta aquí el análisis en materia de cine. Ahora, la parte ideológica: el feminismo pasado de tuerca. Sí, Navidad sangrienta es un panfleto descarado que intenta invertir el habitual papel de víctima indefensa de la mujer y convertirla en una luchadora que aplasta a sus enemigos (el hombre), y… ¿sabéis qué? Eso está muy bien… si lo haces bien. Pero esta película tiene dos problemas: en primer lugar, los distintos mensajes del programa ideológico se dejan caer con la sutileza de un chimpancé haciendo de neurocirujano con un martillo, y en segundo lugar, el maniqueísmo barato llega a unos extremos tan absolutamente hiperbólicos que es del todo imposible tomarse en serio lo que se está presenciando.

Si tuviésemos que juzgar a toda la humanidad en base a lo que se ve en este largometraje, la conclusión a la que llegaríamos sería que la práctica totalidad de los hombres blancos heterosexuales son unos asquerosos misóginos, violadores y asesinos que tratan a las mujeres de putas e intentan sistemáticamente someterlas para que se conviertan en sumisas esclavas de su voluntad. Para lograr este objetivo, traman siniestros complots en sus reuniones de sociedades secretas ancestrales, al más puro estilo de las teorías de la conspiración masónica. Las excepciones a esto son contadas, e incluso así tampoco salen muy bien paradas: algunos de los varones más o menos decentes muestran ciertos rasgos de su personalidad contaminados por el machismo estructural que han mamado de ese gigantesco ente corrompecerebros que es el heteropatriarcado. Una grotesca y delirante visión del mundo que creo que sólo está a la altura de mentes esperpénticas como la de Irantzu Varela.

Creo que Sophia Takal no tenía otra cosa que buenas intenciones a la hora de concebir, escribir y dirigir este remake, pero desde luego se le fue la mano unos cuatro pueblos y medio. El mensaje feminista se pervierte y deforma hasta convertirse en una parodia involuntaria, oscura y sin gracia. La denuncia social es algo bueno, pero no cuando te vales para ello de arquetipos y estereotipos trasnochados y los generalizas y exageras de tal manera que acabas perdiendo todo viso de credibilidad.

Un film que no solamente es malo, sino que además resulta ser lamentable. Mi opinión es que no merece la pena verlo, sea pagando o sea gratis. Dejo el tráiler y a otra cosa.

El liricista


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