En la década de 1990 surge en Estado Unidos el trap, subgénero del rap y heredero del gansgta rap y del dirty south, aunque no es hasta diez años más tarde que emerge y se consolida en Europa y en Latinoamérica, donde recibió el sobrenombre de “latin trap”. En este artículo vamos a hablar sobre uno de sus máximos exponentes: Bad Bunny.
Benito Antonio Martínez Ocasio, alias Bad Bunny, nació en San Juan (Puerto Rico) en 1994. Su nombre artístico, traducido al español como “Conejo Malo”, proviene de una foto de su infancia en la que sale disfrazado con unas orejas de conejo y con cara de enfado. Estudió la carrera de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Puerto Rico, aunque la abandonó para dedicarse a la música.
En sus inicios en el mundo de la música, Benito trabajaba en un supermercado mientras subía sus canciones a la plataforma SoundCloud como artista independiente. Antes de su salto a la fama presentaba pequeños shows en su ciudad y publicaba vídeos cantando en sus redes sociales, hasta que su canción “Diles” llamó la atención del productor Luian, quien lo contrató para la discográfica Hear This Music, un sello independiente de Puerto Rico.
En 2017 firmó un contrato con CMD (Cárdenas Marketing Network), empresa con la que lanzó su canción “Soy peor”, que alcanzó el puesto 22 de la lista Hot Latin Songs. En ese mismo año colaboró con la cantante estadounidense Becky G en la canción “Mayores”, un tema de reggaetón que no dejó de sonar en los meses de verano en las radios y discotecas de España. Un año después publicó su álbum debut, “x100PRE”, que ganó un Grammy latino y fue elegido el 5º mejor disco de 2019 por la revista Rolling Stone.
“X100PRE” está compuesto de 15 temas que mezclan los elementos característicos del trap (sintetizadores, cajas rítmicas, los modos armónicos menores, hi hats de subdivisión binaria o ternaria, subs graves y Auto-Tune) con ritmos y elementos característicos de géneros latinos, haciendo que cada canción sea diferente a la anterior pero sin dejar de tener el sonido característico de Bad Bunny. Por ejemplo, en el tema “Ni bien ni mal” vemos claramente la influencia del reggae con el riff del ukulele, al que se suma una base de trap que tiene ciertas reminiscencias de las usadas por el grupo Cypress Hill, mientras que la canción “Tenemos que hablar” tiene una base de pop de los años 90 que aporta frescura al disco, y “Cuando perriabas” es una oda al reggaetón de los años 2000, mezclada con sintetizadores y sonoridades robóticas. Otros géneros que inspiran a Bad Bunny y que aparecen reflejados en este disco son el dembow, la bachata, los boleros (destacando el tema “Flor”, en colaboración con Los Rivera Destino, en el que Benito aparece con su nombre real) y el synthwave (en “Una noche en Miami”).
Su segundo álbum, “Oasis”, fue lanzado en 2019 y es el primer trabajo colaborativo entre Bad Bunny y el artista colombiano J Balvin. Este disco también contiene una interesante mezcla de estilos, siendo predominante el latin trap y abarcando desde reggaetón hasta leves pinceladas de jazz y folclore latino, incluyendo una colaboración con Marciano Cantero, integrante de la banda argentina de rock Enanitos Verdes.
Según el propio Marciano, esta colaboración entre los artistas surgió de una videollamada en la que Bad Bunny y J Balvin le dieron las gracias por su música y por haber hecho más feliz su adolescencia. Al vocalista de Enanitos Verdes le gustó la historia de desamor que se cuenta en la canción y le atrajo la idea de hacer un reggaetón, género que nunca había explorado. “Alguno se rasgará las vestiduras”, dijo. Y tenía razón.
Esta colaboración fue muy polémica y criticada, al igual que la que había realizado previamente Bad Bunny con Rubén Albarrán, vocalista de la banda de rock alternativo Café Tacvba, en los premios MTV Miaw 2019. En ambos casos las críticas más repetidas provenían de los detractores del reggaetón, que consideraban poco menos que un sacrilegio que figuras como Cantero y Albarrán se mezclaran con Bad Bunny. Cantero se defendió de las críticas declarando que “Para mí, la música es música, y punto. Además, no tengo dudas de que las letras del reggaetón hoy son mucho más interesantes que las del rock es español de este momento: tienen una honestidad brutal y una carga mucho más grande”.
En cuanto a las letras, las canciones de Bad Bunny se desmarcan característicamente de lo que es habitual en su género, y esto es precisamente lo que lo convierte en un artista tan especial. En contraste con la obscenidad, la grosería, el machismo, la misoginia, la violencia, la incitación a las drogas y todo otro tipo de temas despreciables que desgraciadamente son típicos del trap, el músico puertorriqueño explora diferentes y diversas realidades como pueden ser la violencia de género (“Solo de mí”), la soledad y la tristeza (“Otra noche en Miami”) o el desamor. Ejemplo de esto último son “La canción” (con J Balvin), “Ahora soy peor” o “Amorfoda”, temas en los que se muestra como un hombre sensible, que sufre por amor, rompiendo con el estereotipo de hombre duro e hipermasculino que predominaba en el reggaetón. También apoya abiertamente a diversos colectivos minoritarios e invisibilizados por la sociedad como son las personas LGBTI+, las personas racializadas, neurodivergentes o no normativas físicamente, a las que convierte en protagonistas de videoclips como “Caro” o “Bellacoso”, canción fruto de la colaboración entre él y su compatriota Residente (Calle 13) que invita al disfrute del baile y del sexo dentro de la diversidad y el respeto.
Este tema salió a la luz después de que Bad Bunny decidiera parar su carrera temporalmente para participar en las protestas de Puerto Rico, desatadas tras la filtración de unos chats en los que Ricardo Roselló (gobernador del país) hacía una serie de comentarios homófobos y sexistas, y que terminaron con la renuncia del político. Durante las protestas, tanto Bad Bunny como Residente participaron haciendo activismo en las redes sociales, en sus conciertos y asistiendo a las manifestaciones, a las que también se sumaron artistas como Ricky Martin y la cantante iLe (hermana de Residente y antiguo miembro de Calle 13).
La conclusión es que, independientemente de que te guste más o menos su faceta musical, está claro que Bad Bunny forma parte de una nueva generación de artistas que están revolucionando la industria del reggaetón y del latin trap, rechazando la hipermasculinización tradicional del género y apartándose de la misoginia y homofobia que los caracteriza. Y aunque a veces se ha intentado mostrar a Bad Bunny como una persona poco inteligente, Residente declara que: “El ‘chamaquito’ no es tonto; en uno de sus últimos videos, muestra a la mujer maltratada, y en otro, una mujer canta su canción asumiendo su rol, lo que significa que él tiene cosas que son bastante pro LGBT. No está tan perdido; la gente que critica es porque no sabe. Hay que darse cuenta de que está en una búsqueda, aunque sea todavía tibia; y por eso es que me interesé en él”. También es conveniente recordar que no sólo la música latina tiene letras homófobas, misóginas, y clasistas, ya que, como dijo Residente: “El género urbano ha sido tan machista como lo han sido todos los géneros musicales”.
Xiana Rei