Las plataformas de streaming musical están más que instauradas en el mercado, es más, es el descargar música lo que empieza a perder fuelle y ser más aparatoso si observamos la variedad de plataformas disponibles. El truco, claro está, es saber sumergirse en ese crisol de opciones y elegir sabiamente la que más nos interesa. Por eso, sin más dilación, vamos a indagar en cuál de estos servicios es el que más se adecúa a tus necesidades.
El audio digital
Antes de empezar y para poder hacer un análisis crítico mínimamente coherente, debemos hablar de como funciona el audio digital. Como ya sabrás, el audio es una señal eléctrica que representa una onda sonora. De modo que, una vez captado, el audio no es otra cosa que electricidad, un valor de tensión. Resumiendo mucho, para facilitar su transmisión, su copia y un aumento sustancial de calidad en su reproducción se inventó el audio digital. Ahora bien, ¿cómo funciona eso de pasar un valor eléctrico a unos y ceros? Pues muy sencillo, si tenemos como referencia el CD de audio tradicional, seguramente nos suene eso de 44.1Khz y 16bits. Estos valores hacen referencia al muestreo y a la cuantificación. Los 44,1Khz son la frecuencia de muestreo, es decir, es el número de veces que tomamos la medida de la onda analógica (el citado valor eléctrico) cuando se convierte en una señal digital. De esta manera y para entenderlo fácilmente, estamos tomando 44100 muestras de ese audio cada segundo y, naturalmente, cuantas más hagamos, mejor reproducción será del audio que toma por referencia. Frecuencias de muestreo habituales son 44.1Khz, 48Khz, 96Khz o 192Khz. Conviene aclarar que las dos últimas son casi meramente testimoniales dado que generan archivos tan grandes que es poco práctico trabajar con ellas incluso en estudio.
El otro parámetro que tenemos que tener en cuenta es la cuantificación. Esas 44100 muestras de las que comentábamos necesitan tener atribuido un nivel, un volumen, vamos. En esos 16 bits de los que hablábamos en el caso del cd, está el rango dinámico de la canción, es decir, la diferencia entre el volumen más alto y el más bajo. Si tuviéramos por ejemplo, 8 bits para cuantificar, tendríamos 256 valores distintos disponibles. Los 16bits nos ofrecen 65.536 niveles diferentes. Las profundidades de bit más habituales comercialmente hablando son 16 y 24 bits, aunque también existen los 32 en comba flotante.
Ahora ya tenemos una buena idea de como funciona el audio digital, pero nos falta una cosa, el bitrate. El bitrate no es más que la cantidad de información por segundo que contiene un archivo. Esto es fundamental para establecer una comparativa fiel entre los servicios de streaming, que en muchos casos van a querer vendernos sus servicios maquillando los números o vendiendo gato por liebre. Pues bien, si volvemos al mentado CD, esos 44,1khz con sus correspondientes 16 bits, resultarían en 1440kbps. ¿Que de donde sale esta cuenta? Muy Fácil, para hallar el bitrate del cd multiplicaremos esas 44100 muestras por los 16bits. El resultado son 705600 bits. Al multiplicar ese número por dos, recordad que el audio stereo contiene el canal izquierdo y derecho, el número que nos sale es 1411200bits, que pasado a kbps son 1411kb o en megas 1.4Mb.
Sólo hay una última cosa que debemos tener en cuenta para entender aquello por lo que estamos pagando en los servicios de streaming: el formato. Esto es muy importante porque para trabajar con tantos millones de canciones los servicios de este tipo deben necesariamente de utilizar formatos lo más livianos posible. Los cds, esos a 44.1Khz y 16 bits, utilizan el formato .wav, que es un tipo de formato PCM que no omite ninguna información. Consiguientemente, el peso del archivo es considerable. Para remediar esto se inventaron los formatos comprimidos, entre los que destacan el MP3, ACC u OGG. Estos formatos utilizan algoritmos que desechan las frecuencias menos audibles o imperceptibles por el oído humano para así poder reducir el tamaño del archivo. A este fenómeno le llamamos compresión con pérdida, dado que hay un compromiso de pérdida de información al comprimir el archivo. No obstante, también existe forma de comprimir un archivo sin sacrificar información, son los llamados formatos de compresión sin perdida, entre los que destacan el FLAC o el Apple Lossless Encoder. Con estas codificaciones podemos disminuir el archivo a la mitad sin perder nada por el camino.
Definido este pequeño marco teórico, ya sabemos que la calidad cd en formato PCM sin compresión de ningún tipo son 1411Kbps. Si por otro lado la calidad fuese a 24 bits y 192Khz, una auténtica barbaridad de archivo, el peso debería corresponder con 9,2Mbps. A partir de ahí, y teniendo muy en cuenta el tipo de compresión que se aplique, podremos establecer una buena base comparativa para movernos entre lo que nos ofrecen las plataformas de de streaming musical.

La pionera y sin duda el más popular servicio de streaming musical. Su versión gratuita puede taladrarte los oídos con anuncios, pero a cambio te permitirá escuchar lo que te apetezca en una calidad media bastante aceptable, aunque sorprendentemente baja para una plataforma tan extendida. Por esta misma razón, dentro de su web, resulta difícil encontrar información acerca de la calidad del stream o el catálogo de canciones. Tras cierta investigación vemos que la calidad varia, como es comprensible, en función de si se usa el servicio de pago o el gratuito. En la versión gratuita la calidad va desde los 128kbps en el reproductor web hasta un máximo de 160kbps en en el ordenador, móvil o tableta. Si estás pagando el premium, en el reproductor web podrás alcanzar los 256kbps y en los dispositivos unos válidos 320kbps. Dado que el formato es AAC, o eso especifica al menos en lo que atañe al reproductor web, ya sabemos que hay compresión con pérdida. Lo más llamativo es que hagan referencia a 160 kbps y 320Kbps como calidades alta y muy alta respectivamente.
Lo que por otro lado sí te será más fácil encontrar navegando por la web de Spotify, es la promoción de los 3 meses gratis. Su oferta de canciones ronda los 70 millones y su notoria expansión demuestra que su modelo funciona. Además, y esto es interesante y un punto a su favor, no requiere poner la tarjeta de crédito para disfrutar de Spotify free. El precio después de disfrutar del mes o meses gratis son 9,99 euros al mes.
Para los amantes de Amazon: Amazon Music Unlimited

Al igual que Spotify, Amazon estaba ahí desde el inicio. Cuenta con 75 millones de canciones en su catálogo. El salto de fidelidad desde spotify es interesante. Dentro de su catálogo dividen en dos las calidades: HD (formato cd típico de 16 bits y 44.1Khz ) y Ultra HD (24 bits y 192Khz). Conviene decir que los bitrates que ofrece Amazon para respaldar estas calidades son muy superiores a los de Spotify. Evidentemente, usan cierta compresión en los archivos rebajando el bitrate hasta un máximo de 850kbps en cd y 3730kbps en «Ultra hd». Podemos intuir que se trata de compresión con pérdida porque, sino lo fuera, probablemente no se olvidarían de mencionarlo. Consta de 30 días gratis de prueba y a partir de entonces hay que pagar 9,99 euros al mes.
Si eres poseedor de Amazon prime ya puedes acceder a este servicio, Amazon music prime te permite el acceso a 2 millones de canciones. La pena es que no haya un descuento adicional en Amazon Music Unlimited por ser ya usuario de prime.
Para los fans de Apple: Apple music

Lo primero que llama la atención al entrar en la página de apple music es que sus dos principales anuncios de cabecera vienen con nota a pie de página. Se anuncia un sonoro: «Accede a más de 75 millones de canciones en formato de audio sin pérdida, por el mismo precio», pero en el pie de página aclara que «Habrá 20 millones de canciones en formato de audio sin pérdida en el momento del lanzamiento y se alcanzará los 75 millones de canciones del catálogo a finales de año». El segundo de sus principales atractivos, y esto es algo que nadie más oferta, reza un: «Déjate rodear por el sonido con Dolby Atmos». La aclaración correspondiente matiza que no todo el contenido está disponible en Dolby Atmos, indagando podemos ver que se aclara que en el momento del lanzamiento las canciones disponibles para esta tecnología serán miles y que a estas se irán sumando más poco a poco.
Si buscamos más información acerca de la calidad, es decir, a qué se refieren con eso de audio sin pérdida, encontramos que Apple utiliza el formato ALAC (el mencionado Apple Lossless Audio Codec). Esta calidad parte del formato CD (44.1Khz y 16bits) hasta los 48Khz y 24 bits. Incluso, para los más melómanos habrá opción de 24 bits y 192Khz, para este último escalón hará falta un equipo externo.
Como plus, lógicamente tiene una adaptabilidad muy buena dentro del entorno apple. El precio son 9,99 euros al mes y tiene, por supuesto, 30 días de prueba libre de costo. Como curiosidad, si te gusta cantar lo que estás escuchando, en Apple Music puedes seguir la letra de la canción en tiempo real.

Tidal lleva tiempo abanderándose como la plataforma con mejor sonido. Dispone de un catálogo de 70 millones de canciones y 250.000 vídeos. El primer escalón de calidad empieza con un formato AAC, es decir, con pérdida a 320Kbps. No está mal para ser el primero. En el segundo escalón tenemos HiFi, formato Flac sin pérdida. Ahora bien, aunque dan el dato de 1411kbps, probablemente este dato no sea el real porque no tendría sentido aludir a un formato que usa la compresión sin pérdida para dejar el archivo tal cual. En el último escalón, Master, no se menciona formato, simplemente un bitrate que va desde los 2304 a los 9216kpbs. Aparentemente, la idea detrás de este formato es poder disponer del Master final del estudio. Café para los muy cafeteros, más aún si tenemos en cuenta que para disfrutar de este servicio y del audio sin pérdida debemos abonar 19,90 euros al mes. Muy alejados de los 9.99 que nos darían acceso a la calidad estándar de 320kbps en AAC.
Como bonus, si eres Dj, este servicio es compatible con Serato y goza de plena integración con el software para pinchar.

Soundcloud es, de todas estas plataformas, la que está más orientada a los creadores. Por supuesto, también disponen de un servicio de pago escalonado en dos niveles: Soundcloud go y Soundcloud go+, de 5,99 y 9,99 euros respectivamente. En la primera opción se nos asegura la reproducción sin anuncios y la descarga para uso offline, mientras que por 9,99 dispondremos además de la posibilidad de mezclar a través de ciertas plataformas para Dj y audio de alta calidad. Dado que no se referencia ningún formato ni bitrate que avale esa alta calidad, debemos entender que se trata de audio comprimido con pérdida y a bitrates no muy impresionantes. Como hemos visto en las otras plataformas, cuando tienes de qué presumir, no hace falta indagar mucho para encontrar especificaciones técnicas, ya te las muestran.
Para los acérrimos a Youtube: Youtube Music

La pionera de las aplicaciones de vídeo se une a la legión de servicios de streaming musicales. Esta especialización a priori gratuita se compagina con un servicio de pago: Youtube Music Premium. Probablemente esto no es noticia para ti porque a estas alturas ya te habrá dado bastante la turra con su servicio. La ventaja de poder escuchar vídeos o música en segundo plano no parece haber movilizado a muchos usuarios, pero es interesante si consideramos que además viene con un surtido catálogo de canciones en Youtube Music. Por otro lado, la calidad no es tampoco especialmente lustrosa y se asemeja mayormente a la de Spotify, siendo de hecho levemente menor. En su grado más alto, bien sea a través de navegador o dispositivos, mediante wifi o descarga el techo son 256Kbps en formato AAC.
Conclusiones
Esperamos que os haya gustado este pequeño análisis de las plataformas de streaming musicales más importantes ahí fuera. Como véis, nadie ofrece duros a cuatro pesetas y quien ofrece más, es habitualmente con un costo a mayores o sacrificando un poco de calidad por el camino. No existe realmente buena o mala opción, depende de como queramos disfrutar de la música.
Alfonso Rois