Seguramente no hay nadie que desconozca la palabra ultrasonidos, no hay nadie que no la haya oído alguna vez en su vida, por uno u otro motivo pero… ¿eso qué es?
Los ultrasonidos son ondas sonoras con una frecuencia superior a 20.000 Hz, que no son percibidas por el oído humano; sin embargo, tienen muchas aplicaciones en diversos campos; entre otros la medicina.
Todos hemos oído hablar de las ecografías que se les hacen a las mujeres embarazadas… o a los hombres mayores, para ver el tamaño de la próstata, por ejemplo; pero casi nadie sabe que una ecografía se realiza por medio de ultrasonidos.
Diagnóstico: La reflexión del ultrasonido de baja intensidad en los diferentes órganos internos permite transformar la señal en imágenes sobre una pantalla. Es una técnica indolora y sin peligros. Su versión más conocida es la ecografía.
De hecho, al que estos párrafos suscribe, lo han operado de cataratas en un ojo el pasado 30 de abril (una catarata consiste en la opacidad del cristalino por envejecimiento del mismo básicamente, llegando a ver borroso del ojo en el que se presenta dicha dolencia). Pues bien… preguntado el oftalmólogo si el cristalino lo destruían con láser para posteriormente implantar (mediante una pequeña incisión) un cristalino o lentilla interna artificial, su respuesta fue que no, que el láser ya se quedaba atrás… que ahora los últimos avances llevaban a la destrucción del cristalino “envejecido” mediante ultrasonidos, (posteriormente el cuerpo absorbe los restos).

Funcionamiento del ecógrafo: Las ondas sonoras son emitidas por las máquinas hacia el interior del cuerpo. Estas ondas, al chocar con los órganos, se reflejan en forma de eco, que es analizado e interpretado por medio de computadoras. El medio idóneo de propagación de las ondas es precisamente cualquier estructura con alto contenido de agua. Es por ello que no se utiliza para estudiar tejido óseo u órganos con elevado contenido aéreo (cavidades con aire), porque en tal caso los ultrasonidos no hacen eco y siguen su camino sin retorno.
Terapia: Probablemente la litotricia sea la principal técnica de terapia con ultrasonidos. Consiste en la destrucción de cálculos en el riñón, la vejiga o la vesícula mediante ondas ultrasónicas. Estas los trituran de tal manera que su diámetro se reduce y pueden ser expulsados por el organismo. También son usados para tratar la tendinitis muscular cuando existen calcificaciones.
La aplicación más antigua y conocida de los ultrasonidos es el sonar, que se utiliza en la detección y la localización de objetos. Se basa en la reflexión o rebote de un ultrasonido en un obstáculo para transformarlo posteriormente en una señal eléctrica visible en una pantalla. Su construcción se basa en el mecanismo que utilizan animales como el murciélago o los delfines para orientarse y cazar. Se utiliza básicamente en la navegación, para establecer la profundidad del mar o para descubrir objetos que están en el agua.
Llegado a este punto hay que sacar una muy clara conclusión, y es que los ultrasonidos sirven para dos cosas principalmente: una para destruir (aunque sea con fines beneficiosos, tales como cálculos en el riñón, “piedras” en la vesícula, cataratas, etc.) y la otra para observar, informarse… (es el caso del sonar, ecografía, etc.).

He aquí un ejemplo bíblico del uso de un arma de ultrasonidos en la biblia, concretamente en un pasaje del antiguo testamento (el cual es una de las novelas de ciencia ficción más reales que se conocen). Había un dios, Jehová, que… de bueno tenía poco; más parece un tirano sanguinario que ninguna otra cosa, y digo esto porque era muy partidario de pasar a cuchillo a todos los que no iban con él.
Pues resulta que los israelitas querían conquistar la ciudad de Jericó y masacrar a todos sus moradores, parece ser que por “orden divina”. He aquí que “dios” entrega una suerte de trompetas o cuernos al pueblo elegido, el cual debe hacer sonar durante siete días (con sus correspondientes descansos) dichos cuernos alrededor de las murallas. El séptimo día estas murallas se derritieron como terrones de azúcar. Para mí, milagros aparte, esta es una clarísima muestra del poder de los ultrasonidos, ya en el pasado. Hoy los utilizamos con fines medicinales, entre otros.
¡Nos Vemos!
Jose Luis Nieves