Tras ver los comentarios, hay una cosa que no me ha gustado, estimados lectores amantes de la violencia en celuloide.
He visto muchas elogios hacia el artículo anterior sobre Robocop y poco amor hacia Robocop 2. Mal. Robocop 2 merece HAMOR, así que…
ROBOCOP 2: DETROIT SIGUE SIENDO UNA MIERDA
Y realmente, Detroit es una mierda. No ha sobrevivido a la crisis del petróleo de la guerra Iran-Irak que afectó a la demanda de coches, para luego ser aniquilada por los Reaganomics que deslocalizaron sus tan necesarios puestos de trabajo.
Para empezar, esta secuela está dirigida por uno de los directores más meticulosos, perfeccionistas y despectivos con el presupuesto que ha habido. El ex amigo de George Lucas y director de la mejor película de la mejor saga de aventuras de la historia: Irvin Kershner, quien nos dio El Imperio Contraataca.
Solo necesitáis ver los 5 primeros minutos para ver una escala de violencia tal que nos deja claro que Robocop no ha hecho si no ser un tapón de corcho en un dique con más fisuras que el historial escolar de un tronista. No solo son tiros y petardazos, si no que vemos a unos criminales asaltando una armería donde encuentran hasta lanzacohetes. ¡Armamento militar para proteger tu vivienda, ciudadano! ¡Echa de una vez a esos malditos punkarras y sus Panzer Leopard de tu cesped!
Kershner nos muestra inicialmente un triunvirato de malos que se unen al anterior (ya sabéis que no hablamos de Clarence Broderick, si no de la OCP). Caín, un violento traficante de la nueva droga que está destrozando la ciudad: Nuke, y sus secuaces Hob y Angie. Como curiosidad, a Caín lo interpreta Tom Noonan, a quien volveremos a ver en la genialidad de John McTiernan. El último gran héroe interpretandose a sí mismo y al Destripador.
Angie no es ninguna sorpresa, ya que todo malo que se precie ha de tener una secuaz sexy, pero Hob es una genialidad. Un crio guapete y engominado, retaco y sádico que se hace cargo de la organización tras la “muerte” de Caín. Es una gran parodia, o versión oscura, homenaje o como lo querráis llamar a todos los iconos infantiles de esas películas de los ochenta donde niños superespabilados salvaban al mundo: El Vuelo del Navegante, La Historia Interminable…
Seguimos teniendo un alcalde patético y corrupto, endeudado hasta las trancas con un acreedor temible: La OCP.
Y ahora, de vuelta, nuestro villano favorito con una nueva cara: La doctora Juliette Faxx (Pun intended. Si no lo pilláis, decid su nombre en voz alta) Juliette era uno de los malos del guion original de Frank Miller, que luego apareció en el cómic de nuestro robopoli favorito. No voy a decir que el autor de Sin City y 300 haya sido siempre el más indicado para Robocop, no olvidemos la nefasta Robocop 3 con el guión todo suyo, pero el cómic está bastante bien, y su cameo en esta peli es un premio merecido.
Nuestra querida doctora muestra una nueva cara del mismo viejo capitalismo: Una que se preocupa, se integra y finge cuidar de los suyos. Empieza por marcarse una follada de cerebro hacia Robo con una nueva lista de directrices propias de psicópatas salidos de un MBA en la isla de Battle Royale.
Sé empático, promueve un estilo de vida saludable, da un mensaje no sexista… Suena a corrección política, pero no es eso, si no la perversión de dicha corrección política, centrada en las formas y pasando por encima del fondo: La OCP ha causado una crisis brutal en la ciudad, favoreciendo la entrada del narcotráfico, provocando una huelga en la policía y enterrando al ayuntamiento en deuda.
Sin embargo, la película no se llama Robocop 2 solo por que sea una secuela. El capitalismo necesita renovarse para volver a venderte algo que ya tienes. Así que empezaron a buscar un candidato para ser el nuevo Robocop, lo cual nos muestra una serie de fiascos espectaculares, fuera de todo contacto con la realidad. Una mente sana no es capaz de sobrevivir a la pérdida del propio cuerpo y la privación del sentido del yo. Murphy no estaba muy sano, venía de una muerte traumática, intentaron un borrado absoluto de memoria que acabó fracasando y derivó en un exceso en sus atribuciones ejecutado con un exceso aún mayor de violencia. Y le queremos por ello.
Así que la doctora Faxx que no envía documentos vía telecomunicaciones precisamente, procede a dar con el candidato ideal. Uno que ya esté loco, pero al que puedan controlar por medio de un método de palo y zanahoria. Un adicto, pero que sea inteligente, tenga fuerza de voluntad y pueda resistir la transformación en máquina: Caín
El resto ya es historia. Una buena película de 1990 cuyo revisionado suele ser recomendable. Un par de datos curiosos. El siniestro Hob fue también quien puso la voz en la versión original a Piecito, en esa obra de dibujos animados y bomba de fragmentación crea pesadillas que fue En Busca del Valle Encantado.
Otra
curiosidad. Ya que cada obra es hija de su tiempo, no es trivial que
el gran problema de Detroit (al menos públicamente) sean los
crímenes relacionados con el nuke. Si bien los 80 estuvieron
marcados por el terror de los padres a que sus hijos trasteasen con
el ocultismo, satanismo, brujería y demás fuerzas de la oscuridad
(La época del Satanic Panic), que bien fue explotada por muchos
grupos de Hard Rock y Heavy Metal de la época, en los noventa, Satán
fue desbancado como enemigo público n.º 1 por las drogas (La
comparación de el presidente de la OCP mostrando un tubo de nuke con
George H.W. Bush con una bolsa llena de crack no es trivial).
Es una buena peli. Dádle otra oportunidad y disfrutadla.
PD: No. Si ahora llegan los comentarios de “Bueno, pues la dos no está tan mal, pero la tres es malísima!” no haré un artículo sobre la 3. Robocop 3 es mierda, aderezada con la lista de cosas con las que Frank Miller se hacía pajas en esa época.
Semper fi.
Ukio
Sin duda es muy buena.y si gozan de un home theater tiene una edición de sonido magnífica. poner atención especial al tiroteo del Nuke lab y a los 2 arribos de RoboCop a la guarida de Caín.