Hay un nombre que muchos deberíais tener presente. Antes de nada, comentaros que he oído que si bien en España hay un gran culto a los Directores de cine, en EEUU se tiene también muy en cuenta la figura del productor, que es aquel que hace que las cosas salgan como deben: Contrata al director, a los actores, gestiona el presupuesto y se asegura de todos esos pequeños detalles necesarios.
Pues bien: El nombre es Joel Silver.
Joel Silver es uno de esos nombres que hay detrás de tantos y tantos clásicos de cine de acción que han hecho de nuestras infancias y adolescencias lo que fueron. Está detrás de Depredador, De profesión duro, La Jungla de Cristal, y como no, de Arma Letal.
Con guión del señor que era el soldado gafotas de Predator, nada menos que Shane Black (otro nombre a seguir, ahora que hace sus pinitos de director).
Shane Black es el padre de las mejores Buddy Movies, y esta fue la película que sentó el género: Coges a dos protagonistas que sean aparentemente incompatibles y los juntas, haciendo que sus desencuentros personales sean parte de la acción. En su momento fueron Riggs y Murtaugh, pero también hemos visto eso en Kiss Kiss Bang Bang (con Robert Downey Jr antes de su resurrección con Tony Stark y Val Kilmer antes de su… Muerte cinematográfica), Ryan Gosling y Russell Crowe en The Good Guys, o incluso Tony Stark y el crio ese de Iron Man 3 (estas tres películas fueron dirigidas por Shane Black, por cierto).
Aquí tenemos a Roger Murtaugh, un poli de homicidios tranquilo y familiar, que tiene su barco y la vista en la jubilación para disfrutar de su familia, al que asignan un nuevo compañero. Lo interpreta Danny Glober, quien logró dar a su personaje una frase característica que lo define todo.
Por otro lado tenemos a Martin Riggs, un ex soldado de las fuerzas especiales. Una auténtica máquina de matar con síndrome de estrés post-traumático y depresión ocultas bajo varias capas de testosterona y temeridad, interpretado por un joven, guapo y aún no religiosamente trastornado Mel Gibson.
En esta peli vemos un montón de tropos de los ochenta, como los solos de saxofón para poner escenas sexys, tristes o ambas a la vez. Tetas de vez en cuando, porque si ya nos van a calificar la película como R, pues al menos que lo hagan con razón. Establece un ritmo y unas condiciones que veremos repetidas en muchas otras Buddy Movies (o Buddy Cop movies, como Tango y Cash, Dos policías rebeldes o Hora Punta), y que más adelante veremos parodiadas en El Último Gran Héroe (me quedo sobre todo en esa con la hija hipersexualizada de Jack Slater, parodia de tantos otros personajes gratuítamente hipersexualizados pero tan venidos de la “male gaze” que se nos hace confuso cuando el propio Slater reconoce estar preocupado por su hija “que en lugar de ir al baile de graduación se quedó en casa limpiando un AK47”.
Aquí tenemos a la hija de Murtaugh, Rianne, poniéndole ojitos a Riggs y este, que la ignora con elegancia, finge que no es así para putear al pobre Rog.
La peli tiene unos malos tan tirados de estereotipos que casi parece que se olvidasen de ellos hasta el último momento y metiesen algo para rellenar, pero vamos a hacer un juego: Yo os describo a los malos y vosotros hacéis un recuento de tópicos, ¿vale?
Un grupo de ex soldados de EEUU durante la guerra de Vietnam reconvertidos en narcotraficantes, venidos de la Compañía de las Sombras, que se dedicaba a hacer black ops y sacar heroína de los países vecinos, como Laos o Camboya. Del otro lado, al comienzo de la película, una joven prostituta de lujo parece suicidarse y resulta que no es otra que Amanda Hunsaker, hija de Michael Hunsaker, compañero de Murtaugh en Vietnam. Mientras lo que parecía un mero suicidio se va convirtiendo en algo más turbio, con drogas y gente importante detrás, los dos policías protagonistas tendrán que enfrentar sus diferencias y conocerse mejor para poder ayudarse mútuamente a vencer a los malos.
Espero que no hayáis hecho una de esas de “Un cliché = Un chupito” o estaréis leyendo esto ahora mismo en vuestro móvil en una ambulancia. Sin embargo, hay una regla que todo cuentacuentos amateur y máster de rol debe saber: Los clichés son clichés porque funcionan. Los Mcguffins están ahí para ser utilizados, robados, recuperados y si es necesario, destruidos (un halcón maltes, un anillo como no hay otro en el mundo, un Corvette…).
¿Por qué deberías ver Arma Letal?
Espera, ¿Queda alguien que no la haya visto? ¿Os drogáis? Si eres de los 80-90 y no la has visto, tu infancia apesta. Si eres de los 2000 y no la has visto, tus mayores te han educado mal.
Arma letal es una colección de clichés, cierto, pero merece salvarse porque es una colección de clichés muy bien hecha y con una gran química entre personajes. Tanto la relación entre Riggs y Murtaugh como la familia perfecta de este último, la cara de poker de Richard Donner interpretando al capitán de la comisaría, y un malo, el general, totalmente plano, pero mejorado por un secuaz: Joshua, el albino interpretado por Gary Busey. Este úlitmo es un gran actor, y por desgracia un gran tarado (consecuencias de lesiones cerebrales de un accidente de moto sin casco que padeció al año siguiente al rodaje de esta peli). Hoy en día vive feliz y apoya a Donald Trump. Su personaje apenas habla, simplemente es un tío raro que te mira con cara de estar atento a todo y estar calculando como matar a todo el que hay en la habitación.
Si hay algo que hace que esta película sea grandiosa, son estos tres ingredientes:
- La química Murtaugh/Riggs (es que es genial, ¡joder! No se puede insistir lo suficiente. Desde el momento en que se conocen a las escenas siguientes, el suicida, como van intimando e importándose mutuamente…).
- El segundo punto es Joshua: Siempre lo he dicho y lo mantengo. Un villano en condiciones hace o deshace una película. Y si bien el General no consigue importarnos lo suficiente, Donner y Black son plenamente conscientes de ello, y nos dan a Joshua para cubrir esa necesidad de tener a alguien a quien aspirar a vencer.
- El tercero, y este lo quiero dejar claro ahora, aunque acabemos de pasar la era del Call of Duty, sí. Aquí vamos a ver pistolas Beretta M92 que disparan 30 veces seguidas o más. Recargar es algo que le pasa a otra gente, lo hacen los dobles de acción fuera de plano. ¡No matas a los malos recargando, maldita sea! ¡Los matas disparándoles en el puto jerolo! Coches que explotan al pincharles una rueda, accidentes, explosiones, tiroteos y solos de saxofón.
Los 80 nos dieron muchos géneros de acción: Robocop, Terminator o Aliens como acción/sci fi, Rambo como acción bélica, Top Gun como acción homosexual incipiente (no lo digo yo, lo dice Tarantino. Búscalo en youtube).
Sin embargo, la película por excelencia de acción policíaca. Más allá de Harry Callahan, son Murtaugh y Riggs.
¿Cuanto hace que no veis Arma letal? Vedla. Daos un gustazo.
Semper fi.
Ukio